No entraba en mis planes salir el
jueves a pasear por el centro de la ciudad. El mal tiempo me
invitaba a quedarme en casa. De pronto se hizo un claro en
la oscuridad del día, allá cuando la mañana estaba a punto
de agotarse, y no dudé lo más mínimo en darme un garbeo por
los sitios donde acostumbro a dejarme ver.
Me tropecé con Pablo González, muy cerca del Casino
Militar, y nos pusimos a charlar. Con Pablo, prestigioso
abogado, trabé yo relaciones hace la friolera de
veintitantos años. Unas relaciones que conocieron momentos
muy difíciles y otros de normalidad. Y que han desembocado
en una amistad sincera, que él me celebró un día ante la
persona que mejor podría haberlo hecho. Eligió bien, pues,
PG el momento y mi compañía, para decirme lo que me dijo.
En plena charla estábamos Pablo y yo, cuando se unió a
nosotros don Rafael Vivas Guzmán, especialista en
dermatología, a quien le tengo ley, debido al excelente
trato que me ha dispensado cuando he recurrido a él. El que
tengo entendido suele darle a cuantas personas acuden a su
consulta. Y hablamos de cosas variadas, durante unos
minutos.
Tras despedirnos, yo encaminé mis pasos hacia “El Mentidero”
y allí me encontré con que Jesús, propietario del
establecimiento, seguía teniendo todas las dudas del mundo
sobre los espacios donde sus clientes pueden fumar. Y, desde
luego, está demostrado que el mal tiempo reinante impide que
los clientes hagan uso de las terrazas para saciar tan
acuciante deseo. De manera que las ventas en los bares están
sufriendo una merma considerable. No corren buenos tiempos
para los hosteleros. Y uno, que perteneció al gremio durante
un tiempo, entiende perfectamente el malestar que van
acumulando.
De semejante problema hablaba con Alí, maître del
Hotel Tryp, cuando llegaron tres componentes del cuerpo
técnico de la Asociación Deportiva Ceuta, acompañados por
Mohamed Chaib, y me dijeron que si no tenía
inconveniente en compartir mesa con ellos. Y accedí. Como no
podía ser de otra forma. Por más que con el paso de los años
haya decidido frecuentar cada vez menos a políticos y
profesionales del fútbol a los que habré de criticar en
cualquier momento. Y es que, a pesar de que hablando se
entiende la gente, según el dicho, el problema radica en que
cuando se conoce a una persona cuesta mucho más airear sus
errores.
La comida con Andoni Goitkoetchea, Juanjo Carretero y
Gómez -entrenador, segundo entrenador, y preparador
físico- me sirvió a mí para recordar tiempos pasados de un
fútbol que yo viví intensamente. Salieron a relucir nombres
de profesionales extraordinarios, de distintas épocas,
leyendas vivas y muertas de nuestro fútbol; anécdotas tan
atractivas como para hacer que la risa aflorara a cada paso
en la mesa. Andoni y Juanjo, con su carácter jovial y sus
conocimientos futbolísticos –Gómez es más joven y retraído-
me hicieron disfrutar de la sobremesa.
Al final, no tuve más remedio que pedirles que pusieran de
su parte todo lo habido y por haber para ganar el domingo en
Caravaca. Partido clave para el devenir de la ADC en este
Campeonato. Y les prometí que, en caso de lograrlo, pagaría
yo una comida. Y que lo haría con sumo gusto y por diversas
circunstancias. Aunque no renuncio a destacar una, que no es
moco de pavo, la de poder seguir conversando con los
técnicos del primer equipo local.
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