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sociedad - DOMINGO, 30 DE ENERO DE 2011


Puerta de acceso de urgencias. reduan.

REPORTAJE / HOSPITAL UNIVERSITARIO
 

En las ‘tripas’ de la
unidad de Urgencias

El personal del centro hospitalario atendió
a más de 55.000 pacientes durante 2010,
en un servicio que a menudo se ralentiza
por la presencia de usuarios con dolencias que no requieren inmediatez
 

CEUTA
Patricia Gardeu

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El ordenado proceso para la entrada de pacientes se interrumpe. Una señora acaba de sufrir un ataque epiléptico en la sala de espera. Los celadores del Hospital Universitario de Ceuta actúan con inmediatez y decisión. Uno de ellos corre hacia la sala contigua en busca de una camilla, el otro avisa a la enfermera. En pocos minutos, la señora está en ‘críticos’ y la situación está bajo control.

El personal sanitario está acostumbrado a que una urgencia desordene el circuito establecido para dar acceso a los pacientes. Pero para que un imprevisto caos sea solventado con rapidez y eficacia, todo el equipo necesita estar organizado y conocer cada detalle del trabajo que se realiza en el servicio de Urgencias.

El centro hospitalario de Loma Colmenar recibió durante 2010 más de 55.000 pacientes, lo que supone una media diaria que ronda los 160 usuarios. La plantilla habitual está formada por cinco médicos (uno en observación, dos en adultos y dos en pediatría), seis o siete enfermeros, tres o cuatro auxiliares de enfermería, dos administrativos, tres o cuatro celadores y un vigilante de seguridad. Un número de trabajadores que no siempre da abasto, ya que es prácticamente la misma cantidad de empleados que en el hospital antiguo, pese a que aquel medía 12.000 metros frente a los 56.000 de este. El trabajo se complica especialmente en las horas de más auge, unos picos horarios en los que aumentan las visitas y que suelen detectarse a la una y a las de ocho de la tarde, aunque varía según la estación del año.

El acceso al servicio de Urgencias se desarrolla de dos modos: los que llegan por su propio pie, y los que entran en ambulancia. Entre los primeros, tras dejar sus datos en recepción, se procede a avisarlos por la megafonía del centro. Sin embargo, suele ser protesta habitual del personal sanitario la enorme cantidad de pacientes que acuden sin tener verdadera urgencia. Personas con repentinos dolores de muela, fiebres de corta evolución o dolencias varias, que perfectamente podrían ser atendidas en sus centros de salud correspondientes, suelen ralentizar el trabajo en Urgencias. “Es un problema de concienciación. Solo hace falta un poco de sentido común y educación sanitaria”, explica la supervisora de Urgencias, Pilar López García de Vinuesa, “si llega un usuario y te dice: ‘Me duele el estómago desde hace un mes’, es obvio que no es una urgencia, y que debería haber acudido a su médico de familia”.

En cualquier caso, una vez registrado en Urgencias, el usuario será atendido. Para ello, el primer paso es el triaje, es decir, la clasificación que determina la prioridad con la que un usuario debe entrar, y que se establece siempre en relación al grado de urgencia en el que se encuentre. Tras ese primer contacto con un médico y un enfermero, el personal sanitario ya sabe en qué grado ha llegado el paciente y, en consecuencia a esa gravedad, a dónde habrá que derivarlo. Atendiendo a ello, su espera será de mayor o menor tiempo. Priorizar es una de las palabras claves de cualquier servicio de Urgencias.

Respecto a los pacientes que entran en ambulancia, lo principal es la inmediatez a la hora de atenderlos. Una vez dentro, la planta de Urgencias ofrece tres tipos de servicio: observación, consultas y críticos, los cuales se distribuyen por el espacio en varias salas.

Una vez pasadas las puertas del triaje, el usuario se encuentra con una sala con varias consultas (boxes). Predominan los boxes para adultos, en los que el médico inspecciona al paciente mayor de edad sea cual sea su dolencia. A excepción de roturas u otro tipo de problemas relacionados con los huesos, para los que existe un box específico de traumas.

Cada consulta está equipada con una cama, un monitor y demás material necesario para determinar qué tiene, a primera vista, un paciente. Existe también la llamada ‘consulta de sillones’, para casos en los que el usuario no necesita estar en la sala de observación, pero tampoco es conveniente que permanezca en la sala de espera sin atención personalizada. Suele ser el ejemplo de los pacientes con cólicos.

En la segunda sala se ubica ‘críticos’ y el servicio de Pediatría. Los pacientes que llegan en ambulancia suelen entrar en ‘críticos’, ya que es el espacio destinado a los casos más graves. Aunque también pueden ser derivados allí directamente desde el triaje, como ocurrió con la mujer que sufrió el ataque epiléptico. En Pediatría se atiende cualquier caso infantil. Aunque lo habitual es que el paciente entre solo en la consulta, los menores y las personas impedidas deben entrar acompañadas de un adulto.

Observación, máximo 24 horas

En una tercera sala está ‘observación’. Dispone de nueve camas donde los pacientes están continuamente monotorizados a un ordenador que controla todas sus constantes cardiopulmonares. “En esta sala están o los pacientes que deben ser observados antes de ser dados de alta, o aquellos demasiado inestables como para derivarlos a planta”, explica el Jefe de la Unidad de Urgencias, Francisco Lázaro Durán. “Lo máximo que un paciente debe permanece aquí, salvo excepciones, son 24 horas, tras las cuales, es derivado a planta o dado de alta.

Además, por el centro hay varias salas destinadas a otras utilidades; zonas de descanso para el personal, salas de trabajo compartido equipadas con ordenadores para las reuniones del equipo, locales de limpieza y otro tipo de instalaciones, como los boxes de reanimación. Todo el hospital, que cumplirá su primer aniversario del traslado definitivo el próximo 6 de febrero, está perfectamente equipado con material nuevo.

Uno de los objetivos del centro sanitario es ir realizando de manera progresiva a través de los ordenadores, el mayor número posible de las operaciones administrativas relacionadas con los pacientes, a fin de lograr un trabajo cien por cien automatizado: “Una Urgencias sin papeles”, explica la supervisora. Una de las características de la unidad de Urgencias es que comunica de manera directa con otras zonas del hospital a las que constantemente se están derivando pacientes, como es la unidad de rayos. Para agilizar los resultados en todas estas pruebas, existe un tubo neumático que conecta con el laboratorio y por el cual se envían tanto documentos como pruebas, sin necesidad de perder tiempo llevándolas en mano.

Al igual que el personal sanitario conoce cada engranaje del servicio de Urgencias, y tal como explica la enfermera supervisora: “Que lo entiendan los usuarios es igual de clave para que este servicio, que utilizamos todos, funcione de manera óptima”.
 

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