Me he reunido con mis consejeros y
asesores, o sea conmigo mismo, y llegado a la conclusión de
que nunca más daré soluciones a problema alguno mientras no
me suelten una pasta gansa.
Y he llegado a esa conclusión, después de comprobar la
cantidad de ineptos que están ganando unos pedazos de
sueldos sin aportar nada de nada al asunto de la política y
a los problemas que van surgiendo, y más en los momentos de
dificultad económica que estamos atravesando.
Ya saben usted, porque lo he explicado con claridad
meridiana, la última solución que le dimos desde esta
página, más de ustedes que mía, al asunto de las
cotizaciones de sus señorías para la jubilación y la
diferencia que existía entre ellos y el resto de los
mortales, gozando de unos privilegios que no tienen razón de
ser.
A esa solución que me dio por escribir, precisamente, para
que desaparecieran esos privilegios, no ha tardado nada más
que tres días, en que el líder del Partido Popular, Mariano
Rajoy, en la Convención celebrada en Sevilla con la
asistencia de todos los pesos pesados de los populares, me
tomara la idea.
A mí, personalmente y en persona, me da exactamente igual
que se me copie una idea, dando soluciones a ciertos
problemas que no tiene razón de ser. Pero me siento dolido
al comprobar, que una gran cantidad de inútiles cobran una
pasta gansa por no aportar nada de nada a cuantas problemas
se presentan en la vida política y que afectan a todos los
españoles.
Así que, como les decía al principio, mientras no me suelten
una buena pasta por todas mis ideas dadas para solucionar
problemas que nos afectan a todos los españoles de España,
no daré ni una más. El que quiera aprender, como se decía
antiguamente, que vaya a Salamanca.
Siempre ha existido en mi un enorme deseo de colaboración,
pesando que España será lo que queramos que sea los
españoles, y que todos tenemos la obligación de aportar
cuantos conocimientos tengamos para salir de esta crisis.
Pero eso es una cosa y otra es hacer el panoli, mientras
algunas mentes pensantes, que no piensan nada más que a ver
cuánto dinero le van a subir el próximo año, se llevan
mensualmente una pasta gansa, sin más méritos que el de
poner a final de mes la mano para recoger la nómina.
Algunos de ustedes podrán pensar, y no sin razón, que me
contradigo pues, mientras digo que voy a aportar soluciones
puesto que es mi deber como español por la otra me niego a
seguir aportando esas soluciones si no me sueltan una pasta
gansa.
Lo que sucede es que cansado de aportar soluciones, para que
otros se apropien de ella y encuentren beneficio en la
misma, qué es lo qué me dan a mí esas soluciones que estoy
aportando día sí, día no y el de en medio también.
Y los que se aprovechan de ellas, sacan pecho y dicen:”Jefe
felicíteme por haberle dado una solución para seguir ganando
votos”. Y el jefe el felicita y, en el peor de los caso, le
pone a los demás como ejemplo a seguir. No doy más
soluciones, sino hay pasta gansa. A qué llevo razón.
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