Me comunican que, el escritor esotérico Javier Sierra, que
ahora publica con la gran Editorial americana Simon&Schuster,
está muy interesado por viajar a Ceuta para llevar a cabo
una pormenorizada investigación del fenómeno paranormal
acontecido en el curso de la Convención Nacional del Partido
Popular celebrada el pasado fin de semana en Sevilla.
De hecho, en ambientes de los estudiosos de este tipo de
fenómenos, se comenta que pudiera haber aparecido en esta
ciudad una segunda “Dama de Azul” es decir, una
reencarnación de la religiosa sor María Jesús de Ágreda que
poseía el don de bilocarse, que saben que significa estar en
dos lugares al mismo tiempo. Idéntico al del redactor de un
periódico de esta ciudad que, en sus crónicas de la
Convención y bajo su nombre y apellido escribe “Sevilla” que
significa que envía la información desde Sevilla, cuando nos
consta que, ese redactor, no se movió de Ceuta, ni acudió a
la Convención. Jamás pisó la capital hispalense y toda la
información que ofreció a sus lectores procedía directamente
de la enviada por el Gabinete de Prensa del PP a todos los
medios sin distinción y seguramente de que, el redactor,
estuvo siguiendo las noticias del Canal 24 h.
Pero ¿Qué es lo que critican exactamente? De ser ciertas las
burlas, el profesional no estuvo en Sevilla y no obstante,
quería tener a su público informado y trató de hacerlo
siguiendo la estela del genial Lope de Vega a quien siempre
le gustaba contentar al personal y que escribió aquellos
versos que decían “El vulgo es necio y, pues paga, es justo/
hablarle en necio para darle gusto”.
Supongo, como analista aspirante a poseer cierto grado de
cultura, que los burlones que se mofan y hacen chascarrillos
del redactor que escribe desde Sevilla, sin haber pisado
Sevilla, no extenderán sus burlas al genial dramaturgo
español ni a su generoso protector el duque de Sessa. A no
ser que se trate de seguidores de Góngora (mucha belleza
literaria, pero demasiada frialdad, por eso detestaba a Lope
que era un populachero).
Es decir, caben dos posibilidades : Que el profesional que
informa a sus lectores diciendo estar donde no está sea un
seguidor de Lope de Vega o que, por el contrario las tesis
de Javier Sierra acerca de la bilocación del ceutí sean
ciertas y tengamos entre nosotros, sin saberlo, a la
reencarnación de la monja y el periodista estaba en dos
lugares al tiempo. Entonces ese individuo, amén de aparecer
por méritos propios (y cobrando) en “Cuarto Milenio” y ser
entrevistado para las revistas “Más Allá” y “Año Cero”, es
persona que merece devoción por parte de los creyentes y
estudio por parte de los investigadores de lo paranormal.
Como cristiana, esta analista opta por el don divino y el
milagro, es decir, que estaba aquí y allí, porque los
milagros existen y no debemos ser incrédulos, como San Pablo
en el camino de Éfeso, porque es contrario a nuestra fe.
Y contrario a la caridad es hacer burla, mofa y befa y
añadir que “cualquiera” puede informar a sus lectores con un
refrito de notas del gabinete de Prensa y noticias del
telediario. Desde estas líneas, lanzo un órdago a los
incrédulos : el redactor tiene el don de la bilocación, por
eso se ha avisado a Javier Sierra y este viene con los
contratos para escribir un nuevo best-seller sobre el
poltergist ceutí. El problema de quienes critican es, sin
lugar a duda, la envidia, porque ellos no tienen a ningún
periodista con el don divino de la bilocación y se tienen
que gastar los dineros en viajes y dietas cuando quieren
cubrir una noticia con rigor y seriedad para no engañar a
sus lectores.
¿Qué quieren que les diga? Esta sociedad es muy competitiva
con la globalización y la única solución es que el Editor y
el Director del periódico que se gastó los cuartos exijan a
sus trabajadores capacidades paranormales como condición
para contratarles, aunque les cueste un poco más caro,
porque, a la larga, quien emplea a un tipo que se mueva como
pez en el agua en los poltergeist, acaba ahorrando dinero :
no tiene que pagar viajes, ni hoteles, ni dietas de
desplazamiento y el trabajador rinde el doble porque trabaja
en dos lugares a la vez. ¡Que mala es la envidia!.
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