Es una pregunta y me gustaría que me dieran una respuesta.
Porque sé y sabemos que, en cualquier lugar de España, un
mendigo es agredido de forma salvaje, rociado con un líquido
inflamable y quemado y la noticia abre los telediarios. No
tan solo por el hecho brutal en sí mismo considerado, ya que
nos encontramos con un delito de asesinato en grado de
tentativa, en primer lugar existe la intención de matar.
Lógico, cuando se empapa a una persona con gasolina o
derivados y se le echa a arder es para causarle la muerte. Y
lo hicieron además con ensañamiento y con premeditación :
los criminales tuvieron que conseguir el líquido y buscar a
Jamal Abdelrrahamin para prenderle fuego. No fue un hecho
circunstancial, ni una riña con resultado de muerte o de
lesiones graves. Los criminales abusaron de su superioridad
numérica, planearon su acción, ya había existido una
agresión anterior y se ensañaron con la víctima, que estaba
especialmente desprotegida y era esencialmente vulnerable.
Asesinato en grado de tentativa.
Cuando, en Barcelona, unos niñatos cometieron idénticos
hechos con una pobre indigente que dormía en un cajero, esta
vez con el resultado mortal que busca cualquier energúmeno
que prende fuego a un ser humano, tuvimos noticias durante
meses y comentarios de tertulianos, la policía se volcó y la
Justicia dio la talla.
En este caso no ha habido más que noticias en un los medios
locales, sin ninguna repercusión y si comparecencia del
Comisario Jefe ni del Delegado de Gobierno y no diré del
Presidente porque estaba fuera de la ciudad. Pero ¿Pueden
los ceutíes dormir tranquilos sabiendo que, por las calles
andan delincuentes dispuestos a matar? Esperaba alguna
noticia tranquilizadora y me consta que, la policía, está
actuando, pero falta más información y falta un reproche
social más extenso.
Los únicos que han condenado expresamente los hechos han
sido los socialistas de Carracao, porque Carracao es un tipo
con mucha sensibilidad social y se preocupa y se ocupa mucho
en estos casos. Pero es evidente que, la horrible noticia no
ha tenido la debida repercusión. También me consta que, los
jóvenes socialistas que han estado recogiendo fondos para
Mauritania, comprenderán que, no es necesario enviar esos
dineros tan lejos con el fin de paliar situaciones extremas,
sé que, estos chicos, destinarán su recaudación en ayudar al
desdichado Jamal Abderrahamin que está aquí, a unos metros y
que se sentiría bendito por Dios si le proporcionaran medios
para alquilar una habitación y unos fondos para subsistir.
¿Qué menos merece una víctima de la delincuencia más abyecta?
Las víctimas de delitos han de ser resarcidas y, como me
consta que la policía detendrá a los criminales y la
Justicia les dará para el pelo, Jamal será compensado. De
hecho me ofrezco voluntariamente y de forma desinteresada
para personarme como acusación particular contra los
delincuentes y embargarles hasta los empastes de las muelas.
Pero, el asesinato en grado de tentativa es un delito tan
grave y de tal relevancia y presupone tal peligrosidad de
los autores que me ha sorprendido desagradablemente la
especie de “frialdad” con la que se ha dado la noticia, en
plan “¡Pobrecillo, con lo buena gente que es, es que no se
lo merecía!”. Bien, ni se lo merecía él ni los ciudadanos
merecen que fieras pululen libremente.
Y que pongan la mano en sus pechos los botarates que, en su
momento, hayan podido oponerse a la videovigilancia en las
calles. En Málaga existe, existe en cientos de ciudades y
nadie ve vulnerado su derecho a la intimidad porque estén
gravando una vista general de las aceras, a pocos nos
importa que nos vean paseando, o mirando escaparates, o
haciendo gestiones o tomando un café. A quienes horroriza la
videovigilancia es a los malhechores a quienes se cortan las
alas y que se muestran especialmente cautelosos en las zonas
vigiladas, hasta el punto de que descienden los delitos
hasta en un 90%.
Con cámaras los delincuentes no se hubieran atrevido a
tratar de achicharrar a Jamal, por una elemental prudencia y
porque, aunque han demostrado que son fieras no deben ser
tontos, de ser tontos no hubieran llevado ni la gasolina ni
el mechero.
El publicitar ampliamente noticias de este calibre es
importante. En absoluto por el hecho morboso y por el
espanto de la crónica negra, sino como exponente de que, en
nuestra sociedad, existen peligrosos a quienes hay que
buscar, detener, juzgar y castigar con dureza, primero
porque si son hombres para tratar de matar y tienen huevos
para hacerlo, tienen que tener idénticos huevos para
afrontar las consecuencias. Y segundo como aviso a
navegantes y como advertencia ejemplarizante a los malos
elementos: si se hace se paga.
También hay un tercer punto : ese tipo de individuos son un
riesgo para la colectividad y han demostrado que no quieren
cumplir con las normas ni con los deberes, la sociedad por
lo tanto tiene el derecho de tomar medidas para evitar estar
en peligro.
Lo cierto es que Carracao es quien ha dado la cara y los
socialistas auguro que serán quienes dejen a Mauritania para
otra ocasión y se ocupen de la víctima. Como todos debemos
ocuparnos, es nuestra responsabilidad. Pero ¿Por qué esta
noticia espantosa y la posterior solución del caso no ha
aparecido abriendo el telediario?.
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