Una menor que iba a ser ingresada en Psiquiatría del
Hospital de Ceuta se negó a su hospitalización ordenada por
un juez y tuvieron que intervenir los vigilantes. Estos
arrastraron a la chica por el suelo, según denuncio la madre
a la Policía. Dos de las empleadas de Prosegur denunciaron a
su vez a un acompañante de la chica.
Carmen Perea, la madre de I.G.M, denunció ayer en la
Comisaría de Policía que su hija fue maltratada por varios
vigilantes de seguridad del hospital cuando trataban de
reducirla para que quedara ingresada a lo que se negaba la
chica.
Perea explicó a EL PUEBLO que desde el 6 de enero su hija ha
sufrido varios episodios de ataques de nervios y ha estado
ingresada dos veces. “Lo que tiene tu hija es rebeldía”, le
comunicaron los psiquiatras que la ha examinaron.
El sábado por la mañana, la menor tuvo una conducta extraña,
ya que su madre cuenta que subió a su habitación, en un
ático situado a la altura de una sexta planta, y se sentó
sobre el borde de la ventana con una pierna dentro y la otra
fuera. Carmen y su marido avisaron a urgencias y la
adolescente fue trasladada al centro hospitalario en una
ambulancia escoltada por la Policía.
Ya en el centro sanitario, un psiquiatra examinó a la chica
e informó a su madre y su hermana, que también la acompañó,
de que era necesario contactar con el juez y la Fiscalía de
Menores, según explicó José Antonio un vecino que estaba con
Carmen en ese momento. Los familiares de I.G.M. esperaron
recibir noticias sobre el estado de su hija, que permanecía
en observación, y aguardaron hasta las 20.30 cuando “vino un
médico y nos dijo que tenía que estar tres días en
observación y entonces vendrían el juez y un forense para
examinarla”.
A continuación los hechos se precipitaron. Carmen Perea
cuenta en la denuncia a la Policía que “como la niña se
niega a su ingreso, como en otras ocasiones, esperamos que
intervenga el personal sanitario como otras veces”, pero es
cuando llegan los vigilantes de Prosegur. Estos forcejean
con la adolescente y “la arrastrarla por el suelo,
causándole luxaciones en el cuello y muñecas, tirándola del
pelo, vejándola en público, bajándole el pijama y las bragas
para pincharla (se refiere a ponerle una inyección) en
presencia de las demás pacientes”.
La denunciante hace constar que la niña presentaba moretones
y el jefe de urgencias dijo que no era su cometido
valorarlos.
José Antonio, el acompañante, manifestó a EL PUEBLO que vio
como un vigilante empujó a la chica y la tiró al suelo y
dijo que “intenté defenderla, pero me inmovilizaron contra
la pared y les grité es una menor, es una menor”. La
intervención de la Policía Nacional desbloqueó la situación
y la chica quedó ingresada. Carmen, su hija, su marido y el
vecino que estaba con ellos presentaron una queja cada uno
de ellos.
Fuentes del INGESA señalaron que la menor iba a ser
ingresada por orden judicial y que el incidente se originó
por las protestas del acompañante que intentó hacer fotos
con su móvil. Este ha sido denunciado por dos vigilantes de
Prosegur por injurias y difamación.
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