La Convención del PP en Sevilla está respondiendo a las
expectativas de los ciudadanos. Incluso de los que
criticaron con dureza que, los compromisarios, se limitaran
a tres mil cuando el Partido Popular es el que tiene más
afiliados de España y podían haber sido algo más generosos
en cuanto a la cifra de asistentes, porque habían miles que
deseaban estar presentes en el momento histórico de la
inflexión del partido de Aznar y de Rajoy.
He de reconocer (no digo “hemos” porque soy yo sola quien
escribo y el plural mayestático me parece muy cursi y
excesivamente pretencioso y decimonónico) repito, he de
reconocer que, la cobertura informativa está siendo
magnífica, incluso en el canal 24 h. y se han reflejado
momentos importantes, sobre todo la intervención de Mariano
Rajoy, erigido en legítimo portavoz de las aspiraciones, los
deseos y los anhelos de la inmensa mayoría de los españoles.
No ha dicho “nada” que todos no pensemos ni ha solicitado
“nada” a los que no estemos dispuestos, cuestión de
oportunidad , de talento y de estar con la oreja puesta al
rurun de la calle y al latido del pueblo.
La imagen de Rajoy ha sido cercana, pero es que es un tipo
cercano que habla en “román paladino” y añadiría Gonzalo de
Berceo “en el cual suele el pueblo fablar a son vecino” pero
que, retrotraído al siglo XXI significa que renuncia a
frases sublimes, porque ya se sabe que de lo sublime a lo
ridículo hay tan solo un paso, aborda los asuntos que nos
ocupan y preocupan con sencillez y con “los deberes hechos”.
Austeridad ¿Cuánto tiempo llevamos los españoles
escandalizándonos por los derroches y los gastos de lo
poderosos? ¿Cuánta amargura no nos ha causado el agujero
negro de las Autonomías y el descontrol de altos cargos y de
asesores? Hay que tener talento para presentar como
fundamental la necesidad de una estricta austeridad a todos
los niveles y ofrecer a los españoles, no subvenciones y que
abran la boca para que nos metan dentro el pez, sino la caña
y el consejo de que, o se empieza a trabajar duro y se
aprende a utilizar o nos quedamos sin pez y “esmayáos” de
hambre.
La filosofía del esfuerzo y el que el PP potencia con
entusiasmo a la España que madruga y piensa que madruguemos
todos para ir a trabajar, que los niños vayan a la escuela y
los jubilados a disfrutar de calidad de vida, esa filosofía
es la única válida para sacar adelante el invento. Los
compromisarios muy satisfechos, los televidentes
esperanzados. Y tras los políticos que iban hablando una
serie de asistentes, donde ya no primaban los jóvenes, sino
que los había de todas las edades, también muchos mayores.
Pertenece a la leche y al ADN de nuestros valores el afirmar
que “cada vez que un anciano muere, arde una biblioteca”. Y
tras las fatigas padecidas por los jubilados y los
pensionistas durante los años oscuros, es el momento de
jurarles (nosotros juramos, no prometemos, eso le sabe todo
el mundo) jurarles que les vamos a resarcir y a compensar.
Ya dicen los filósofos y los pensadores que, el pueblo que
olvida su Historia está condenado a repetirla t la filosofía
kantiana añadía eso de que “el pueblo que abandona a sus
mayores es un pueblo de mierdas y de capullos”.
Muy buena la Convención. Los Presidentes Autonómicos
parecían multiplicarse y estar en todos los sitios, Rita
Barberá magnífica, porque Rita es mucha Rita, Mayor Oreja
espectacular ¡Que maravilloso futuro Ministro del Interior!
¿Ustedes “sienten” lo que significa tener en Interior a un
hombre bueno, a un hombre de Dios, después de “esto” de
ahora? Normal que los facebukeros digan en facebook que, la
noche del triunfo del PP van a tenerlo todo preparado, es
decir, a los curas y sacristanes sobornados para que se
hagan los tontos y dejen subir a los campanarios a los
españoles y echar las campanas al vuelo. Quieren llenar
España de sones de campana. ¡Que pasón! Apuesten cualquier
cosas a que todas las cadenas internacionales se hacen eco
de la iniciativa. ¿Qué por qué quieren tocar las campanas a
gloria? Pues para avisar, para avisar a Dios, para decirle
que estamos felices y para que Él lo sepa el primero y se
llene de contento.
Como se habrá llenado de contento entre el ondear de
banderas y la alegría de los peperos en Sevilla y más aún
ante las últimas palabras de Rajoy : “Ser felices”. En la
España que hiela el corazón un político nos desea felicidad,
que Dios le bendiga.
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