Es como actúan nuestros
representantes en el Senado, tanto antes, como ahora, cuando
tengan que usar el pinganillo.
Y digo esto de “sin hacer ruido” porque si hoy saliéramos a
la calle y recorriéramos Ceuta, preguntando a jóvenes y
mayores, eligiendo, al azar, dos de cada diez viandantes que
fuéramos encontrando, quienes son los senadores que nos
están representando, en la Cámara Alta, en Madrid, dudo
mucho que un 20% nos supiera dar una respuesta positiva.
La realidad es ésta, por cuanto, tanto Fernández Cucurull,
como Luz Helena Sanín, desde el momento que terminaron las
elecciones en las que lograron su escaño, en contadas
ocasiones, han aparecido, “haciéndose propaganda política,
ni de ningún tipo, hacia su persona”. Ambos están en su
sitio, trabajando y levantando la voz en su parcela. Atrás
quedó aquella etapa, en la que alguno se metió, de rondón,
en una lista, porque sí, para ir a apretar el botón y, de
paso, cobrar el sueldo.
Y digo esto, porque la senadora del PP, por Ceuta, Luz
Helena Sanín ( utilizo la H en este nombre, porque su falta
aunque permitida por la Real Academia de la Lengua no nos
convence a los helenistas) reclamó hace un par de días al
Gobierno central que rebaje las tarifas existentes en la
línea marítima, entre Ceuta y Algeciras.
Un paso, sin lugar a dudas, que Ceuta, todos sus habitantes,
incluso los que, a penas, viajan al otro lado del estrecho,
se lo agradecerán siempre.
Y es que, ese abaratamiento en las tarifas de la línea
marítima afectará a aquellos que cruzan hasta el otro lado,
personalmente, pero, también, va a afectar a los precios de
los productos que, necesariamente, nos llegan, desde la
Península.
Y hay algo más, ahora especialmente, como es la posibilidad
de competir con las líneas de bajo coste impuestas por el
país vecino, Marruecos.
Aquí se hace necesaria una reducción en los precios, porque
las posibilidades de elegir para cruzar el estrecho son las
que son, únicamente el barco o, tal vez, también, el
helicóptero, con lo que tenemos una gran desventaja respecto
al territorio peninsular.
Y ahí es donde hay que ir, a que esas desventajas que
presentan los territorios insulares y ultra-peninsulares se
tienen que corregir y compensar por el Estado.
Aunque sobre este tema los resultados finales, hasta que no
los vea realizados, no los voy a creer mucho, el secretario
de Estado de Transportes ha asegurado, si hacemos caso a la
información dada, desde el Ministerio de Fomento, que el
pliego de contratación de la línea de navegación, desde
Algeciras a Ceuta y a la inversa, que se está ultimando, en
la actualidad, contendrá una rebaja sustancial de tarifas
para pasajeros y para mercancías.
En principio, la respuesta es muy ambigua, por cuanto no
imaginamos qué será lo que signifique “rebaja sustancial”,
pero lo que sí nos parece muy positivo, y aquí no hay
ambigüedad de ningún tipo, es el trabajo, la preocupación y
el saber elegir los problemas principales que vienen
acuciando desde tiempo inmemorial a los que vivimos aquí.
Ceuta tiene necesidad de un servicio público de transporte
que no sea desequilibrante para muchas de sus economías y
para lograr eso, lo primero que hay que saber es plantearlo,
desde aquí, no con palabras bonitas para la galería, sino
poniendo de manifiesto la realidad existente ayer, hoy y
siempre.
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