Zacarías El Handi tiene 17 años y solo había visto una llama
cuando fue una vez al zoológico de Casablanca. Después de
hacer cursos y buscar trabajo en un sitio y en otro ha
encontrado su camino para la inserción laboral en el recinto
de la Federación Hípica de Ceuta. Zacarías y su compañero
Yahia Bacali son dos de los 24 alumnos de la escuela taller
‘Jardínes del Tarai’. Durante varios meses han trabajado
creando ellos mismos la instalación, donde se refugian dos
llamas, formada por una casa de madera y un vallado. Esta
escuela taller se desarrolló a lo largo de 400 horas en el
último trimestre de 2010 y tiene el valor añadido de que sus
alumnos son todos discapacitados físicos y psíquicos.
Al igual que su compañero, Bacali está encantado. “Yo estaba
haciendo cursos de albañilería, cocina, camarero de piso y
me salió esto”, explica este joven de 18 años que muestra
tener muy claro el camino de la inserción laboral cuando
explica que “si tequedas en la casa, el trabajo no va a
venir a buscarte. Aquí, en este curso, se aprende a poner
bloques de piedra, vallas y techos”.
Federico Candela ofrece otro perfil. Es titulado en Técnico
en Lenguaje de Signos, “un trabajo difícil de encontrar en
Ceuta”, y llevaba un año en el desempleo. Hizo el curso de
jardinería, englobado en la misma escuela taller, y cuenta
que en San Amaro, donde hizo las practicas, aprendió
técnicas de jardinero, variedades de rosas, plantas con
bulbo y como tratar el césped, entre otras cuestiones. El
aprendizaje le pareció “interesante”.
En la jardinería ha visto su oportunidad Saba Mohamed, una
chica de 21 años, que explica que “a mí me gustan las
plantas muchísimo. Antes tenía plantas en un terreno de mi
familia. Aquí he estado porque me llamaron del INEM. Me
dijeron que de 100 aspirantes elegirían a 12 y yo fuí una de
ellas. He estado tres meses con la teoría y uno de
prácticas. Ahora viene la Escuela Taller”. Saba mira con
orgullo una de las laderas de los alrededores del centro
hípico y cuenta que “aquí el terreno estaba fatal. Lo veías
y decías, ¿pero donde está el jardín? y ahora mira como lo
hemos dejado”.
Otra de las especialidades que se han impartido en la
escuela taller que acabó en diciembre fue la de avicultor,
el oficio dedicado a cuidar los animales. Sara Ahmed, de 19
años, fue una de las alumnas y también ha estado encantada
de cuidar a los conejos, cabras, llamas y ovejas del
recinto.
El convenio entre el Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE)
y la Ciudad ha servido para poner en marcha la segunda
parte, el Taller de Empleo para técnicos agropecuarios que
duarará hasta finales de 2012. El objetivo es crear un
Centro Especial de Empleo para personas con discapacidades.
|
Herrador de caballos, un oficio aprendido en Francia
José Luis Torres es el monitor de
un curso de formación para enseñar a herrar caballos. Dura
250 horas a lo largo de 44 días y lo están recibiendo otros
12 desempleados en las instalaciones del Centro Hípico. Se
trata de una opción diferente y casi desconocida para buscar
la inserción en el difícil mercado laboral actual.
Torres explica que él ha estado ocho años aprendiendo el
oficio de herrar caballos en la Costa del Sol y en Madrid
done aprendió “de los franceses porque en Francia hay una
licenciatura sobre este tema”. Este joven monitor calcula
que en el plazo de dos meses “se ve si a un alumno le gusta
el oficio o no y después se podría iniciar aquí con los
caballos”.
El proceso para colocar una herradura en la pata de un
equino dura una hora. Consiste en desherrar, aplomar o
aplanar el casco de la pezuña, que también se recorta,
forjar la herradura, trabar y remachar. “Al final cuando el
caballo sale de la cuadra, se ve si la herradura ha sido
bien colocada”, detalla Torres. Uno de los detalles que
faltan por mejorar en la instalación de la hípica es
habilitar un suelo plano para comprobar el buen herraje de
los caballos.
|