Si cuando no se ha atisbado la
colaboración en el paso fronterizo del Tarajal, con la
inmensa acumulación de porteadores, se ha criticado es justo
que se alabe lo contrario. Sí, hay que reconocerlo. Desde
que la pasada semana EL PUEBLO desveló gráficamente la
realidad cotidiana en los alrededores de la frontera que
provocó el que la Policía Nacional desalojase de madrugada a
los cargadores de la zona española, la realidad ha ido
cambiando para mejor. Ahora se ve cada día a la Policía
Local con su labor de control de venta ambulante y de carga
y descarga ilegales; a la Guardia Civil se la ve apostada en
el entorno de la glorieta (rotonda) evitando que se
produzcan atascos, y se ve a la Policía Nacional en su sitio
dedicado al control de la documentación. Hacer las cosas
bien evita situaciones indeseables.
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