Hay quien dice: Manolo el del
bombo, por aquello de si es primero la gallina que el huevo,
pero todo ello, de una forma o de otra, hace alusión a este
seguidor, acaso vividor, de la Selección Española, ahora, y
en tiempos pasados de cualquier equipo que “se portaba bien
con él” y a cambio él animaba el cotarro durante un partido
o los que fueran precisos.
Yo recuerdo que, hace años, más de 20, en una ocasión,
también, vino a Ceuta y estuvo apoyando al primer equipo
ceutí en Alfonso Murube, era otro momento.
Manolo era y es un aficionado, un buen aficionado, que le
echó un poco de cara, que se gastó unos cuantos duros, es
posible que haya recogido algo de lo que gastara, pero que
no ha hecho ningún mal al fútbol, ni a nadie de los que
asisten a los partidos, diariamente, y que con su bombo a
cuestas, como principal equipaje, recorrió el mundo y se
hizo conocer en la mitad del planeta.
Pues bien, la controvertida Ley Antitabaco, mira por donde,
también, le ha tocado en pleno corazón “económico” a Manolo,
que puede verse obligado a cerrar su bar, al que asistían
muchos seguidores, así como a la terraza, donde tenía las
pantallas de televisión y “acosado por no poder emitir
partidos en la terraza, y con la prohibición de fumar en el
bar” puede que tenga que echar el cierre a un lugar
considerado emblemático, en Valencia, muy cerca de Mestalla,
donde se daban cita muchos de los aficionados al fútbol, que
tenían allí un doble espectáculo, el del propio fútbol y el
de Manolo y su bombo.
Llegados a este punto y tomándolo como un simple ejemplo,
todavía no me he encontrado con alguien al que, en sus
negocios, le haya beneficiado esta ley, que está
perjudicando, y mucho, a una gran parte de empresas, que
tendrán que despedir a muchos empleados.
Y a mí, particularmente, en nada me puede perjudicar porque
soy un “no fumador”, pero tampoco me perjudicaba antes que
esta ley no existiera, porque se fumara o no se fumara en un
sitio público a mí nada me importaba y sin embargo sí que
daba un ambiente especial a la “caja” del establecimiento,
si el empleado de la banca, o de cualquier otro tipo de
lugares había salido a desayunar, y de paso se fumaba su
cigarrillo al lado del mostrador donde le habían puesto un
café.
Y es que, a todos les viene esta misma ida, “si sólo se
puede fumar en las terrazas, el bar empieza siendo poco
rentable”, salvo que, a partir de ahora, a cada bar y sin
cobrarle nada, le permitan poner una terraza con las mesas y
sillas que el dueño quiera.
A Manolo el del bombo lo he visto en multitud de ocasiones,
no sé si es fumador o no lo es, pero sea lo que sea, a él
también le ha hecho la pascua una ley que, como otras
muchas, parte de la base de la prohibición, por la
prohibición, de un producto que, sin embargo, está permitido
comercializarlo y que cada vez se puede vender en más
lugares.
Ahora mismo, con dos semanas que lleva puesta en marcha,
queda claro que la Ley Antitabaco ha sido la puntilla para
muchos, al ahuyentar o apartar a muchos clientes de la barra
del bar, porque mientras toman una cerveza no puede, allí,
encender un cigarrillo.
Lo que antes implicaba café, copa y puro, ahora, a lo sumo,
es el café, para la copa no quedará tiempo, porque en la
calle no se está muy bien y el puro lo tendrán que encender
en su casa, no en un parque, ni mucho menos, en el patio de
un colegio.
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