Nació en Medina Sidonia, Cádiz, en el año 1943. Jesús
Maeztu Gregorio de Tejada se convirtió en el año 2003 por el
decreto 303/2003 de 21 de octubre en el máximo responsable
del Comisionado para el Polígono Sur de Sevilla, institución
creada para solucionar, entre otros cinco barrios, la
problemática de la barriada murillo, mayormente conocida
como las ‘Tres Mil Viviendas’. Maeztu comienza hoy los
primeros contactos con Delegación de Gobierno de Ceuta y
espera que los avances y los “errores” del Plan Integral del
Polígono puedan aplicarse a la situación que se está
viviendo en Príncipe Alfonso. Maeztu aboga por comenzar con
la integración urbana y social del barrio ceutí.
En su visita a Ceuta, el vicepresidente tercero del
Gobierno, Manuel Chaves, ya anunció al Ejecutivo que dirige
Juan Vivas la intención de trabajar de forma conjunta para
solucionar los problemas de la barriada Príncipe Alfonso.
Chaves se puso en contacto inmediato con el máximo
representante del Comisionado para el Polígono Sur de
Sevilla, Jesús Maeztu. Hoy comienzan los primeros contactos
con la Delegación del Gobierno de la ciudad. Maeztu, que
lleva desde el año 2003 trabajando por y para esta barriada
sevillana en la que residen 50.000 personas, cree que se
puede solucionar la situación en el ‘Príncipe’ con “voluntad
política”. El representante del Comisionado tiene previsto
trasladarse a Ceuta para conocer de primera mano la
situación y aplicar las mejoras y “evitar” los errores. En
una entrevista a EL PUEBLO, Maeztu desvela las “claves” para
el éxito en el trabajo en barriadas problemáticas o
marginales en las ciudades.
Pregunta.- ¿Cuáles son sus funciones exactas en el
Polígono Sur?
Respuesta.- Como Comisionado represento a las tres
Administraciones, la del Estado, el Gobierno Autonómico y el
Ayuntamiento. Mis funciones consisten en impulsar, coordinar
y articular toda la política y servicios públicos que
prestan las tres Administraciones. Es decir, no suplo ningún
servicio ni tampoco ninguna política pública que corresponda
a los seis barrios que forman el Polígono Sur. Lo que hago
es que funcionen de manera coordinada y que las
planificaciones vayan engarzadas para que todo pueda ser
mucho más eficaz. Sobrevuelo sin capacidad de gestión todas
estas competencias.
P.- Dentro de ellas, ¿cuál considera más importante?
R.- El Polígono Sur es una zona muy emblemática y en la que
tres de los barrios tienen una vulnerabilidad y marginación
social mucho más fuerte que el resto. El Plan en el que se
ha trabajado con todos los colectivos, desde asociaciones de
vecinos a diferentes grupos, tardó dos años en conocer qué
necesitaban. Era imprescindible que el Plan Integral
partiera de abajo y de las propias necesidades de los
vecinos. Así, se contemplan dos tipos de actuaciones
importantes. En primer lugar, las que pertenecen al
‘corazón’ que son las políticas que necesita la gente; las
que pertenecen a salud, empleo y desarrollo económico,
vivienda, educación y servicios sociales -menores y
familia-. Alrededor de éstas, se encuentra el de hacer
permeable el barrio a la ciudad y dotarlo de equipamientos
estratégicos. Al mismo tiempo, crear un entorno donde haya
equipamiento urbano que signifique vencidad, convivencia.
Ahí se introduce el asunto de la seguridad, evitar
conflictos o disciplina urbanística.
P.- ¿Qué filosofía general anima su trabajo diario?
R.- Tiene una filosofía muy ambiciosa que es la construcción
de la ciudadanía que hay en los seis barrios. Posibilitar
que los vecinos tengan derecho a ejercer como ciudadanos, ya
que son portadores de derechos y obligaciones como todos. El
objetivo es que esto se produzca en un entorno que esté
vivo, sea habitable, equiparable y esté integrado en la
ciudad. Â partir de ahí ya es responsabilidad de los vecinos
qué tipo de vida eligen, los estudios que deciden realizar,
etc., pero que tengan esas posibilidades como ciudadanos y
que no sean vecinos de segunda. Aquí hay un emblema que dice
que ‘Nosotros también somos Sevilla’. No pueden ser un
equipamiento periférico de la ciudad aislado de la misma. No
se trata sólo de hacer un lavado de cara sino que los
sistemas de movilidad, integración y de control de
disciplina urbanística en la ciudad estén como en cualquier
otro barrio. Es decir, que el Polígono no se convierta en un
lugar en el que se concentre la gente marginada. Es un
proyecto muy ambicioso.
P.- ¿Ha tenido algún ejemplo en el que mirarse en España
o en otros países?
R.- La dimensión del Polígono Sur es más que las ‘Tres Mil
Viviendas’, un término que no nos gusta utilizar ya que es
un barrio llamado Murillo y está integrado con otras cinco
zonas. El grupo está formado por Letanías, Martínez
Montañés, Antonio Machado, Paz y Amistad, La Oliva y
Murillo. Alguna experiencia hermana que se hizo en España
fue en Bilbao, en San Francisco, también en La Mina de
Barcelona o en La Cova de Valencia. Ellos estaban trabajando
en la cohesión urbana, en el cambio de la estructura de los
barrios. Además, se unían las experiencias de intervención
social, de dinamización comunitaria o de seguimiento de los
colectivos a través de actuaciones con las familias. Eso nos
ayudó mucho a iniciar el camino de debate de lo que se
quería para Sevilla. También se hizo en Francia y he
visitado países como Chile y Ecuador para conocer estas
experiencias. De lo que se trata en el Polígono Sur es de
que haya regeneración urbana, con plazas y bulevares donde
se pueda convivir y que no haya conflictos en la zona. En
ese entorno tienen que vivir familias, lo que le va a dar
sostenibilidad al Plan Integral. Así, el trabajo del
ladrillo y el ‘alma del ladrillo’ constituyen la cohesión
social.
P.- ¿Cuáles son los principales problemas del Polígono
Sur?
R.- Por un lado sería el del aislamiento exterior con el
resto de la ciudad respecto de sus ejes estratégicos. Es
decir, los sevillanos pueden pasar por cualquier sitio sin
necesidad de entrar al Polígono Sur. Eso hace que la ciudad
tenga un concepto criminalizado y estigmatizado de la zona.
Es uno de los problemas más graves. El segundo asunto
importante es la falta de equipamientos propios de una
ciudad lo que causa que no se pase por aquí. Sin embargo, es
de destacar que la Universidad Olavide ha ubicado en el
barrio una residencia de estudiantes con 300 plazas, algo
que supone una apuesta valiente y es un ejemplo claro de
este tipo de equipamientos. El tercer problema es el
abandono que ha sufrido la zona, lo que ha provocado una
tasa de impunidad muy fuerte de tal manera que se puede
permitir o hacer la ‘vista gorda’ sobre asuntos que en otros
lugares no se hacen. Se construyen porches que invaden las
aceras públicas o se montan ‘chiringuitos’ sin control y sin
licencia de ningún tipo. Este asunto está cambiando ahora.
El último tema importante sería el del consumo y la venta de
droga, algo que puede generar muchos conflictos.
P.- ¿Cree que el Comisionado es un modelo trasladable a
Ceuta?
R.- Conozco la barriada del ‘Príncipe’ y su problemática por
lo que he leído y a través de algunos compañeros de
estudios. El vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel
Chaves, ha visto la evolución del Plan en el Polígono Sur y
ha apoyado mucho este proyecto. Me llamó y me comunicó que
era de Ceuta y que estaba muy interesado en la ciudad y al
mismo tiempo que estaba preocupado por la barriada del
‘Príncipe’. No se trata solamente de ‘lavar la cara’ a la
zona. Hay un caudal y un tesoro de actuaciones y
características que pueden venir muy bien a este lugar como
a otros barrios. En Ceuta ya hay material de cómo se
interviene y de cuáles son los requisitos imprescindibles
para que pueda haber un proceso sostenible. No decimos que
haya que montar un Comisionado en el ‘Príncipe’,
problablemente no. Aunque sí hay en el Plan del Polígono,
material, herramientas, claves, experiencias, errores y
fracasos que le pueden venir muy bien al tipo de trabajo que
se tiene que hacer ahora de manera integral y participada.
Las Administraciones tienen que perder su protagonismo y
deben unirse para sacar una barriada habitable. El Plan del
Polígono Sur debería ser un referente especial para el
‘Príncipe’ al igual que el resto de barriadas en España. Los
problemas son muy comunes. El interés de Chaves es que la
barriada vuelva a la normalidad y sí que es posible y
trasladable. Tiene que haber una voluntad política clara y
no debe haber protagonismos ni partidismos ninguno. Además,
hay que coger las fuerzas internas del barrio y que se
debatan en talleres con una mirada compleja. Hay que
implicar a la gente y que haya un equipo motor básico que se
lo crea y tenga fuerzas para dar pasos hacia adelante y
hacia atrás. Es decir, un proceso social y urbano.
P.- ¿Se ha concertado ya alguna visita?
R.-Ya me han llamado y esta semana vamos a tener un primer
encuentro con Delegación. No es de trabajo, sino de que haya
un primer contacto para ver cómo me traslado a Ceuta y veo
cuáles son los datos, cómo se encuentra la barriada. Al
mismo tiempo es importante que se cojan ideas comunes de
cómo se ha hecho en el Polígono Sur. Es decir, montar una
mesa de trabajo para que estén todos los que deban estar y
que se tenga una voluntad clara, política, técnica y vecinal
para acomter los comienzos del plan para el ‘Príncipe’. Hay
voluntad política de que la barriada deje de ser
problemática.
P.- ¿Dónde tiene su sede el Comisionado? ¿De qué recursos
dispone?
R.- En principio yo estaba en el edificio habilitado para la
Consejería de Vivienda ya que la Empresa Pública de Suelo de
Andalucía -EPSA- era la dueña de los terrenos y de las 7.500
viviendas que componen los seis barrios, exceptuando La
Oliva que es una cooperativa. En unos meses nos dimos cuenta
de que había que estar en el corazón del barrio, viendo el
día a día de la gente y compartiendo con ellos sus jornadas.
Ahora mismo el Comisionado se encuentra en los dos ejes
estratégicos de los barrios entre Murillo -las ‘Tres Mil’- y
Martínez Montáñes -las ‘Ochocientas’-. Es decir,
equidistantes en los seis barrios. El Comisionado es un
supervisor que está impulsando todas las gestiones. Lo que
son gastos ordinarios del mantenimiento del equipo se hacen
a través de EPSA dada su vinculación con el territorio en
una parcela de 145 hctáreas, equivalente a 200 campos de
fútbol. Por otra parte, las distintas Consejerías aportan
recursos humanos; Igualdad destina un equipo de intervención
y dinamización social; Educación pone un equipo liberado de
profesores para trabajar los planes de escolarización
inclusiva; Salud también pone recursos para llevar a cabo
las necesidades pertinentes en este sentido a través de los
ambulatorios. Como Comisionado articulo, coordino y secciono
el trabajo de los seis equipos además de que todos están
actuando en el propio territorio.
P.- ¿Cómo se le acogió por parte de los habitantes del
barrio? ¿Cómo es su relación con los vecinos? ¿Han hecho
alguna investigación al respecto?
R.- Cuando se llegó al Polígono se encontraron unos fuertes
movimientos vecinales y se han comprometido con la lucha, el
trabajo y la dignificación del barrio. Han elaborado muchas
medidas y han hecho proyectos de cambio. La Administración
respondió desde el año 1980 hasta 2003 con ocho proyectos
que intentaban responder a sus respuestas. Sin embargo,
fueron fracasando. Los vecinos solicitaban una especie de
autoridad única que diseñara todo. Se trató de conjugar a
modo de Comisionado y esto ayudó a que se creara otro modelo
de gestión con la base de datos necesaria. El contacto con
los vecinos y el trabajo de los equipos y de los
profesionales de los que nos hemos rodeado dedujo que había
que hacer las cosas de otra manera para que no fracasara de
nuevo, ya que la exigencia de los vecinos era muy grande.
Eso nos dio las claves fundamentales para la sostenibilidad:
que todos los proyectos de los sectores intervinientes
tengan que partir de modelos territorializados, es decir,
que contemplen en qué fase está cada uno de los barrios, la
especificidad del territorio; la segunda clave sería la
integración de todas las políticas ya mencionadas -hay que
estudiar cómo está ese bloque con respecto a la salud, el
empleo, los servicios sociales o la educación-; la tercera
sería la participación. Si los vecinos no se implican y no
participan en la gestión y en la decisión, el Plan no tiene
sostenibilidad. La gente tiene que ser la que salga en la
lucha de su propio desarrollo. Los vecinos nos acogieron muy
bien y tenían una gran esperanza. A pesar de todo, el modelo
de autoridad única no es posible. Se ha hecho un ciclo de
cinco años y en el siguiente período se espera que ya se
consolide. En un tercero el Comisionado ya no tendría que
existir. La esperanza de los vecinos es muy vigilante. Ya
llevamos siete años y creemos que es la primera vez que
funciona con esa estabilidad.
P.- Desde su creación en 2003, ¿cuáles cree que han sido
los objetivos conseguidos? ¿Considera que ha tenido el apoyo
suficiente por parte de las instituciones implicadas?
R.- Ahora mismo tenemos centros de salud nuevos, hay un
novedoso Plan Urban, se ha pasado del 48% al 12-14% de
absentismo escolar, ya hay tres institutos y doce colegios.
Se dispone de unas políticas que unen en sus modelos de
gestión la vivienda, la educación y la Policía de Menores de
la Junta donde los casos se estudian de forma individual. La
voluntad política se ha ido trabajando bastante desde un
principio -cuando Chaves era presidente-. Sin embargo, el
problema que hemos tenido en estos dos últimos años es que
los cambios en la Administración han obligado a empezar de
nuevo. Eso tiñe de duda a los vecinos y creen que se pierde
apoyo. Además, la crisis económica nos va a poner un examen
muy fuerte y ahí está la preocupación, si se va a poder
salir de la misma porque ahora mismo hay rehabilitación de
viviendas que no pueden continuar. Eso produce al mismo
tiempo que haya una situación social en la que aumentan los
robos. Ahora en 2011 esperamos salvar todo lo posible que
los recortes no sean sustanciales y que no haya un
retroceso.
P.- ¿Cuáles son los objetivos a corto plazo para el
Polígono Sur? ¿Y a medio y largo si es que los hay?
R.- A corto plazo lograr que este modelo de gestión
territorializado, participado e integrado empiece a conectar
con las estructuras de los barrios a través de las
diferentes comisiones. Además que se construyan indicadores
de seguimiento y evaluación de los resultados de las
actuaciones. Ahora el objetivo es que no decaiga. Lo que se
quiere es que se mantenga la implicación. A medio plazo es
que los técnicos ya trabajen integrados y en red y los que
lo hagan sea porque quieren hacerlo en esa zona ya que saben
de las carencias y de las necesidades que tiene la gente. Es
decir, que la Administración mantenga esos compromisos para
que pueda haber sostenibilidad y en ese sentido hay que
garantizar que los cambios funcionen y se engrasen. A largo
plazo, que se haya conseguido el suficiente nivel de
participación para que los vecinos desde el principio tomen
como suyo el Plan y por lo tanto lo mantengan, para que esos
vecinos sin Comisionado estén en las mismas condiciones y
con los mismos instrumentos para apostar por la ciudad según
esa construcción de ciudadanía que se ha querido hacer. Los
residentes de Polígono Sur son los que decidirán si quieren
mantener una vida normalizada ya que si no, el Plan
fracasaría. El objetivo es que pueda ser sostenible técnica,
política y socialmente y que se consolide de manera que no
tenga vuelta atrás.
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