Lobatos haremos... lo mejor. Scout siempre... listos”. Con
estos lemas, muy característicos del movimiento scout, el
grupo ‘Omaha 238’, el único existente en la ciudad de Ceuta,
concluía la jornada del primer día de actividades del año.
Ayer, los chavales que integran el grupo se reunieron en el
barrio de Hadú para celebrar la primera reunión tras el
parón navideño. Además del intercambio de impresiones de las
fiestas, una buena retahíla de juegos y una lluvia de ideas
de cara a los nuevos proyectos que van a realizar a lo largo
de este 2011, los monitores, en presencia de los padres de
los chavales, hicieron el acto de entrega de diplomas entre
los jóvenes que han recibido la promesa Scout.
Este grupo, que pertenece a ASDE (Asociación de Scouts de
España) fue reactivado, tras más de dos décadas de parada,
en el año 2007, gracias al empeño y la dedicación del
presidente de la Asociación de Scouts de Ceuta, Jesús
Martín, que había sido scout en su infancia y lamentaba que
un grupo “con tanta historia en Ceuta” estuviese
desactivado.
Desde entonces, Martín ha trabajado para y por los Scouts, a
fin apostar por un grupo en Ceuta que aunase los valores del
escultismo. Lealtad, amistad, servicio, protección del medio
ambiente, disciplina, alegría, trabajo, y una serie de
estímulos enfocados hacia la educación integral de los
jóvenes, a fin de, como dice uno de sus lemas, “dejar el
mundo siempre mejor de como uno lo encuentra”.
Actualmente, el grupo está dividido, según el rango de edad,
en lobatos (niños de ocho a once años) y en troperos (de
doce a catorce), aunque las limitaciones en cuanto a
monitores les obliga a ser más permisivos con esta franja de
edad. Cada uno de estos sub grupos (llamadas ramas en la
jerga scout) está controlado por un monitor mayor de edad y
por un scout de apoyo, que suele rondar los 17 años, además
de por personal de apoyo.
El momento más importante en la vida de un scout es la
promesa e imposición de la pañoleta, un acto que solo se
realiza cuando el joven se siente preparado y su grupo lo
apoya. Durante la mañana de ayer, se entregaron los diplomas
que acreditan dicha promesa. Lorena, Pablo, Pablo José y
José fueron los cuatro lobatos que, entre risas, recibieron
el diploma. Mientras, en tropa, Yoli fue la única que obtuvo
el certificado. Su jefe de grupo fue el encargado de
recordarles el compromiso adquirido, entre otros, la
obligación de todo scout “de hacer una buena acción diaria”.
El jefe de grupo también hizo entrega de los diplomas a los
dos monitores. Tatiana es una de ellos. Aunque todos la
conocen como Akela, ya que en la rama de lobatos, los
nombres de los responsables corresponden a personajes de ‘El
libro de la selva’, una tradición heredada de la fuerte
amistad que unía al autor del libro, Joseph Rudyard Kipling,
con el fundador, en el año 1907, del escultismo, Baden-Powell.
Akela tiene 22 años y es estudiante de Derecho. Trabaja en
un bar los viernes por la noche, pero no le importa llegar a
las reuniones, que se celebran los sábados por la mañana,
sin apenas haber dormido. Le merece la pena estar con los
niños, y considera que haber hecho la promesa significa
comprometerse “al máximo con el grupo” y “pactar” que va a
permanecer en él.
Micael está igual de involucrado en el grupo. Trabaja como
militar en Ceuta y dedica todo su tiempo libre a participar
desinteresadamente como monitor de tropa. Ya había estado
tres años en un grupo Scout de Málaga antes de llegar a
Ceuta y asegura que la disponibilidad es fundamental: “Si
uno quiere, saca tiempo para venir a los Scouts”. Asegura
que hacer la promesa es “como hacer la comunión”, ya que se
convierte “en el símbolo de un compromiso que tú has
elegido”.
El acto de entrega de diplomas se celebró en la Asociación
familiar Bermudo Soriano, gracias a que su presidenta, María
del Carmen Martín, les cedió el espacio desinteresadamente.
El grupo está a la espera de que finalicen las obras de su
nuevo local, que aún no han podido utilizar.
A partir del próximo sábado, el grupo continuará sus
actividades, recordando siempre una de las premisas de Baden-Powell:
“La verdadera manera de obtener la felicidad, es haciendo
felices a los demás”.
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El grupo Scout ‘Omaha 238’ está a la espera de
que finalicen las obras de su nuevo local
Después de tres años rodando por
parques, plazoletas y locales desmontables, la Ciudad les
concedió a principios de verano de l año pasado, un local al
grupo Scout ‘Omaha 238’ en la plaza central de Bermudo
Soriano. El local tuvo un presupuesto de 40.000 euros y una
amplitud de cien metros cuadrados, según informó en su día
la Viceconsejería de Equipamiento Urbano y Barriadas. “Es
importante dado que la labor que realizan los Scouts se basa
en la enseñanza de los niños entre otro aspectos”, dijo
entonces el viceconsejero, Gregorio García Castañeda. Tras
las obras, que llevan iniciadas desde el pasado mayo, se
espera poder aprovechar la parte superior el local para el
almacenamiento de los materiales. El grupo espera tener
listo el espacio para febrero.
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