No por falta de ganas, sino por el capital. Los pescadores
ceutíes estarían dispuestos a denunciar los robos, atracos y
otros sucesos a los que a diario se ven expuestos pero la
justicia vale dinero y “si no entra, no podemos pagar un
abogado que nos defienda”, lamentó Antonio Sosa, presidente
de la Cofradía de Pescadores.
Al ser “un estamento público”, la Cofradía de Pescadores “no
tiene derecho” a la asistencia letrada gratuita, explicó
Sosa, quien añadió que en tiempos de bonanza la cofradía
contaba con un defensor pero la crisis ha llevado aparejada
los recortes, entre ellos, el de la defensa.
Bidones que “se están llevando”, piezas de barco que “están
desapareciendo”, vehículos desguazados, bien abandonados o
bien usurpados, y todo “se solucionq con promesas, dos
brochazos de pintura, una supuesta cámara de grabación que
cuando atracan mi lancha no muestran quien ha sido. Nos
dejan hasta sin los clavos por lo que a diario, todo nuestro
material para faenar va maleta arriba, maleta abajo”,
sentenció Antonio Sosa, máximo responsable de la Cofradía de
Pescadores.
Y es que “un palo de esos”, tal y como llaman a los sucesos
estos trabajadores ceutíes que intentan hacerse con la
filosofía más positiva, “te puede suponer una pérdida de
tres o cuatro millones de pesetas”, valoró.
Por el momento, los patrones agradecen a sus marineros,
muchos de ellos transfronterizos con permiso de trabajo en
España, que sean estos los que velen por la guarda y
custodia de sus embarcaciones al pernoctar en las mismas.
También el que eviten que más de un niño se arroje al agua.
Pero “los que roban, los que vienen al puerto pesquero,
saben qué días y a qué horas el muelle puede estar solo”,
insistió el presidente de la Cofradía de Pescadores, Antonio
Sosa.
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