Una gran parte de mi tiempo profesional como periodista ha
estado compartiendo escenarios durísimos con la Guardia
Civil en el País Vasco. Años 80 y 90, en los que guardias
civiles, policías y periodistas vivimos bajo tensiones
difíciles de imaginar ahora. Ejercer el periodismo no fue
fácil para el 90 por cien de los profesionales. Ejercer la
seguridad del Estado en el País Vasco aumentaba el
porcentaje: no era fácil para el 100 por cien de los agentes
allí destinados.
La articulación del Estado español tiene muchos defectos y
sus Fuerzas de Seguridad también. Por supuesto los
periodistas no estamos exentos de nuestras limitaciones y
errores, pero algo hemos avanzado juntos. No obstante hay
inmaduros ejerciendo este oficio del periodismo que son
felices aporreando su teclado bañado en queroseno. Situación
que les permite suspirar porque al día siguiente alguien
arroje una cerilla a las páginas correspondientes. Y así
además de inventarse que ya adelantaron la caída de
Constantinopla, ocultar su verdadera incompetencia a la
escala superior de mando. Para ello cuentan con
colaboradores necesarios. Unos se dejan suplantar hasta el
DNI y otros, en el caso de la Guardia Civil, no ven que les
empujan por un puñado de euros a enfrentarse con sus
compañeros policías. “El aullido de la GC” trata de ser una
metáfora entrañable sobre la AUGC. La metáfora del lobo en
su territorio. La metáfora de la fuerza y la astucia en el
territorio rural. Creo que la AUGC comete un grave error
entrando al interesado trapo mediático que busca un
enfrentamiento con sus compañeros del CNP en la frontera. Es
el momento de poner un poco de freno. Más allá de ciertas
valoraciones de periodistas ejercidas como tales, la AUGC
debería ser más prudente en dejarse manipular por teclados
incendiarios.
Entiendo que es dificil, pero confío en que la astucia del
lobo les acompañe en esto y en todo su trabajo.
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