Que la Guardia Civil se posicione
al término de la nacional que lleva hasta la frontera para
controlar la fluidez del tráfico; que la Policía Local
contribuya a que en los alrededores de la frontera (espacio
público municipal) no se produzcan vertidos, venta
ambulante, ni carga y descarga ilegal; y que la Policía
Nacional no permita la entrada de bultos por el paso
peatonal tradicional del paso internacional, contribuirá al
mantenimiento ideal de una frontera europea que cuenta con
recursos del primer mundo como para hacer cumplir que se
establezcan comportamientos de ese nivel, más allá de
quiénes sean los usuarios de ese espacio. Ahora sí, desde la
denuncia en EL PUEBLO del caos en el Tarajal, parece que
cada uno acomete la labor propia de sus competencias. Que no
decaiga.
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