Desde la taquilla al escenario, todo va tomando su forma
definitiva en el teatro-auditorio del complejo cultural de
La Manzana, obra del arquitecto Álvaro Siza. Su estrecho
colaborador y responsable con él de la obra, Avelino Silva,
se ha desplazado de nuevo a la ciudad para comprobar la
buena marcha de esta última fase, en la que trabajan unos 70
operarios.
Todos, desde los responsables de la Ciudad a los encargados
de llevar a cabo la obra de La Manzana del Revellín, y
también su autor, el arquitecto Álvaro Siza, están deseosos
de ver el resultado de la obra del último de sus edificios
públicos que quedan por inaugurar y verdadera “estrella” del
complejo cultural, el teatro-auditorio. Así lo señalaba ayer
el arquitecto Avelino Silva, estrecho colaborador de Siza y
responsable junto a él de la obra ceutí, quien ha realizado
una nueva visita para comprobar la buena marcha de esta
fase, la más “delicada”, según ha destacado el propio autor
del proyecto en anteriores ocasiones.
Desde la taquilla al escenario, con su tarima, de roble, ya
instalada, todo comienza a tomar su forma definitiva en este
emblemático edificio, que al sello arquitectónico del Premio
Priztker suma las más modernas tecnologías escenográficas y
acústicas.
En estos momentos, unos 70 operarios trabajan en las labores
de carpintería, marmolería y electricidad, así como en la
instalación del aislante, los paneles de pladur y el yeso
que recubren las paredes de la sala de conciertos para
lograr una acústica de calidad. El espacio, con dos grandes
linternas como protagonistas sobre el patio de butacas,
tiene ya el color con el que se presentará en sociedad, un
gris perlado.
Además, se construye la taquilla y se coloca el mármol que
reviste los accesos al auditorio. Los elementos de la
escenografía, así como el foso móvil de la orquesta, que
podrá ocultarse y que según Silva, sumará una o dos filas
más de butacas, están ya finalizados. Faltan remates como la
barandilla del foso, mientras que las butacas, amarillas,
están ya en la obra-. Estos muebles son un diseño,
comercializado, del arquitecto Francisco Mangado.
El plazo que se ha dado para finalizar la obra e inaugurarla
con un concierto sinfónico es el 24 de febrero.
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