El titular de lo Penal ha dictado sentencia absolutoria a
favor de los dos imputados en la operación ‘Caballa’,
bautizada así por la Guardia Civil y en la que fueron
intervenidos 100 kilos de hachís en el fondo del puerto
pesquero. A este respecto, el titular del órgano judicial sí
considera que la droga fue intervenida a través de un corcho
de señalización situado entre dos embarcaciones pero no
estaba sujeto a ninguna de ellas, por lo que se desconoce su
propiedad.
“No podemos saber a qué embarcación pertenece la señal del
corcho para localizar o situar la droga”, es decir, los 100
kilos de hachís intervenidos por la Guardia Civil en el
puerto pesquero y que bautizaron como operación ‘Caballa’ el
16 de agosto de 2010.
De esta forma, el titular del Juzgado de lo Penal número dos
ha dictado sentencia absolutoria a favor de los dos acusados
sobre los que pesaba un delito contra la salud pública que
les imputaba la Fiscalía y del que han resultado inocentes a
través de los duros alegatos realizados en el juicio por el
letrado del bufete Gil Pacheco Abogados, que consiguió
demostrar que sus clientes no tenían nada que ver con el
alijo decomisado en las aguas ceutíes.
El titular de dicho órgano judicial sí ha considerado
probado que el pasado 16 de agosto, agentes de la Guardia
Civil pertenecientes a la Unidad Orgánica de Policía
Judicial (sección de Investigación del Equipo de
Delincuencia Organizada y Antidroga) llevaron a cabo una
inspección de las diversas embarcaciones de pesca con base
en el puerto pesquero de Ceuta en el ejercicio de sus
funciones. Sobre las 11: 00 horas del citado día los
referidos agentes procedieron a inspeccionar la embarcación
de pesca de los acusados, que se encontraba atracada en el
muelle pesquero y abarloada a otra embarcación.
En el interior del pesquero de uno de los encausados, los
agentes hallaron al otro acusado, que trabajaba en la
embarcación como marinero. Una vez finalizada la inspección,
con resultado negativo, un agente de la Guardia Civil
observó un pequeño trozo de corcho de color blanco junto a
la parte derecha de la referida embarcación y que no estaba
atado a ella.
Los agentes observaron que el citado corcho estaba unido a
un hilo de pesca que se perdía en el fondo marítimo. Ante
este hecho, los agentes de la Guardia Civil dieron aviso al
Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Benemérita,
quienes procedieron a inspeccionar el fondo situado bajo el
pesquero, observando cámo a una profundidad de unos cuatro
metros existía una red repleta de paquetes y que se hallaba
unida al corcho flotante a través de un hilo o sedal de
pesca.
Para concluir este punto de la sentencia, el magistrado ha
recalcado que “se desconoce la persona que ha colocado la
droga en ese lugar”. A lo que añade, en uno de los
fundamentos jurídicos de dicho texto legal, que “aplicando
el cuerpo de doctrina jurisprudencial, debe determinarse que
la cantidad de droga descubierta por los agentes de la
Guardia Civil en el fondo marítimo no ha sido intervenida
directamente a los acusados sino que aquélla se encontraba
justo bajo la embarcación”.
Otro de los argumentos utilizados por el juez como resultado
de la declaración del testigo de la Cofradía de Pescadores
es que “está suficientemente acreditado que en el puerto
pesquero de Ceuta nadie tiene punto de atraque fijo pues no
hay sitio para todos los barcos, por lo que cualquiera de
los buques o embarcaciones que entrasen a dicho puerto
pudieron llevar a cabo la operación de la colocación de la
droga”. Alegato que en su informe final recalcó el letrado
de la defensa, Mario Gil Pacheco.
|