En el día de hoy compartiré con
los lectores de este periódico algunas reflexiones extraídas
de las últimas manifestaciones efectuadas por algunos
iluminados de la política ceutí en relación a los incidentes
acontecidos en las últimas semanas en la barriada del
Príncipe. En primer lugar, debo puntualizar que tras repasar
las hemerotecas de los medios de comunicación escritos de la
ciudad, he podido constatar numerosas referencias en
relación a disparos, apedreamientos, incendios
intencionados, actos vandálicos de diferente consideración e
incluso, algaradas populares perpetradas por malhechores en
esta populosa barriada a lo largo de nuestra historia a
pesar, de la presencia en dicha barriada, en el pasado, de
un destacamento de la Guardia Civil en el Fortín del
Príncipe Alfonso.
Por tanto, resulta evidente señalar que nos encontramos ante
una problemática compleja cuya solución no puede
simplificarse en la ubicación de una comisaría de policía en
una barriada donde la anarquía urbanística y social
fomentada por los poderes fácticos allí asentados han sido
la nota predominante desde sus comienzos. Los ceutíes somos
conscientes del protagonismo económico adquirido en la
ciudad por quienes se han enriquecido desarrollando
actividades ilícitas relacionadas con el tráfico de
estupefacientes y la inmigración ilegal, principales
interesados en promover la crispación social en este
vecindario al aplicar la célebre frase “a río revuelto,
ganancias de pescadores”.
Todos los agentes sociales reunidos en el último Consejo de
Seguridad Ciudadana apoyaron, sin excepción alguna, que la
intervención en barriada debía ser multidisciplinar puesto
que, no nos encontramos ante una problemática exclusivamente
policial tal y como ha quedado patente por tanto, requiere
de una actuación en diferentes ámbitos como el educativo,
social o urbanístico. Debo recordar, que en dicha reunión
estuvieron presentes responsables de ambas administraciones,
de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado y Policía
Local, de la Federación Provincial de Asociaciones de
Vecinos, Dirección Provincial de Educación, Consejería de
Asuntos Sociales, Colegio de Abogados y las centrales
sindicales mayoritarias, UGT y CCOO.
Por tanto, resulta paradójico comprobar como el máximo
dirigente de esta última central sindical, coaligado con la
principal formación política en la oposición, desatiende el
compromiso asumido en dicha reunión, convocando con
posterioridad a los medios de comunicación con la única
intención de criticar al Gobierno de la ciudad y al de la
nación, anteponiendo intereses electoralistas a los
intereses generales de una ciudadanía necesitada de la
implicación real de todos los agentes sociales. En
definitiva, una vez más, los portavoces de esta coalición
demuestran que sus intereses se encuentran totalmente
alejados de los intereses de los vecinos de una barriada a
los que dicen proteger en exclusividad obviando
intencionadamente todas las actuaciones desarrolladas en los
últimos años.
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