El presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda,
firmó el acta de replanteo de la obra que dará lugar al
Museo Español, Moderno y Contemporáneo. Gracias a un
presupuesto de aproximadamente 442.125 euros y un plazo de
cinco meses se remodelará la Torre de la Vela y albergará
una exposición permanente de obras desde Goya hasta nuestros
días, además de tener cabida exposiciones temporales en las
que podrán participar artistas locales.
El concepto de la intervención se basa fundamentalmente en
dos aspectos: por un lado el saneado y reparación del
edificio actual, con el tratamiento de las humedades de
capilaridad de fachada y de humedades de infiltración
puntuales, renovación de revestimientos deteriorados, de
carpinterías y la preparación del edificio para la fase de
adición de nuevos elementos.
Acondicionamiento
Por otro lado, la adición de nuevos elementos para dar
respuesta a nuevos requerimientos de accesibilidad,
funcionalidad, acondicionamiento ambiental y exigencias de
luminosidad y exposición de la nueva colección, como son: la
instalación de un nuevo ascensor, de un salva escaleras y la
adecuación de los recorridos expositivos; la implantación de
un nuevo sistema de renovación ambiental que garantice unas
adecuadas condiciones hidrotérmicas; renovación y
redistribución de la iluminación mediante lámparas tipo led
que garanticen una gran durabilidad, unas adecuadas
condiciones lumínicas y un importante ahorro energético;
incorporación de una nueva salida de emergencia para la
adecuación del edificio a las exigencias de las condiciones
de evacuación marcadas por el CTE; remodelación de los aseos
para adecuación a nuevas condiciones de accesibilidad; y
generación de una nueva zona de acceso.
Nuevo punto de acceso
La propuesta mantiene las relaciones volumétricas que
establece el edificio actual con el entorno. No obstante se
pretende generar una nueva iluminación exterior que ayude a
situar al edificio en el paisaje de la ciudad. Se efectúa,
también, una variación en el punto de acceso, que
actualmente se sitúa en la vertical de la torre, pasando
dicho acceso a la zona central de la fachada principal por
una puerta de mayores dimensiones, generando en esta zona un
pequeño hall de recepción.
Una pieza más de colección
A un lado y a otro de este hall, se sitúan zonas de
exposiciones, conectando una de las salas con el volumen de
la torre, donde se sitúa el ascensor y una pequeña zona de
descanso. Dicho ascensor tiene la particularidad de contar
con uno de sus paramentos de vidrio, al igual que uno de los
laterales de la cabina, lo que permite mostrar toda la
maquinaria del ascensor, así como la gente que se introduce
en él, convirtiendo al elemento en una pieza más de la
colección expuesta.
En la planta primera encontramos una gran zona de
exposiciones que se encuentra dividida en dos ambientes, y
con un pequeño área de exposición más, junto al vestíbulo
del ascensor. En la segunda planta encontramos los
despachos, los aseos y una pequeña zona de exposición, que
conecta con la batería real.
En total, se trata de una actuación en 680 metros cuadrados,
gracias a un presupuesto de casi 450.000 euros. En la
denominada Casa del Reloj irá una exposición permanente de
sesenta pinturas, “una colección de obras muy valoradas, de
la Fundación Andrés García Ibáñez, desde Goya hasta nuestros
días, obras de pintores españoles de reconocido prestigio
internacional”, definió Juan José Imbroda.
Pero, este nuevo museo también acogerá exposiciones
temporales, donde “no estarán para nada vetados los pintores
locales”.
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