Hay que tener agallas o, de otra
manera, asumir los gestos de cierto personaje con manías de
grandeza que nos “guió” durante 40 años en un sentido
demasiado patriótico para sí mismo.
Querer participar en política, cuando se tiene madera para
ello, no significa estar sometido a los designios de una o
varias personas sin contar para nada con su propia decisión.
Viene a cuento esto por el escándalo del político asturiano
Francisco Álvarez-Cascos, ex vicepresidente del Gobierno,
cuando Aznar, ex secretario general del PP y aspirante a ser
presidente de su comunidad autónoma natal.
Ignoro si en los estatutos del PP existe algo que valide esa
decisión de dejar de lado a un político que lo ha dado todo
por su partido en más de 30 años, pero de lo que sí estoy
seguro es que ese partido, el PP, es todo menos democrático.
O sea que es una larga extensión de aquel nefasto régimen
dirigido por quién hago mención en el primer párrafo de ésta
opinión.
Si la decisión de apartar a Francisco Álvarez-Cascos hubiera
sido a través de unas elecciones primarias, otra cosa
cantaría en los medios de comunicación e información.
Aparte de las maneras dictatoriales presentes en el PP, el
cinismo es el grano más gordo que tiene en la cara este
partido que cambia de siglas para adaptarse mejor el disfraz
de partido demócrata.
Expresar en ruedas de prensa “que lamenta profundamente la
decisión voluntaria del ex ministro de Fomento, Francisco
Álvarez-Cascos, de abandonar el Partido Popular…”, tiene una
carga de cinismo tremendamente aclaratoria.
Casi un centenar de bajas debe aguantar Rajoy en su partido
y con su ya conocido método: “dejar que los acontecimientos
se pudran sin pronunciarse hasta que el protagonista se
rinda”, vendrá a jugarle otra malísima pasada. Al tiempo.
La raíz de todo ello radica en la ya conocida hipocresía del
líder pepero, como gallego que es al igual que Fraga, al no
cortar las aspiraciones de Álvarez-Cascos en sus dos
entrevistas donde salieron a relucir las aspiraciones del
asturiano hace casi un año.
Aunque creo que ha realizado un plan estratégico, sabiendo
de antemano el final, añ objeto de no dar oportunidad a
Álvarez-Cascos para que funde un nuevo partido en tan corto
espacio de tiempo como es el que queda hasta las próximas
elecciones autonómicas asturianas. ¿Listo el tío?
He mencionado a Manuel Fraga Iribarne, éste señor considera
que es lamentable la actitud del asturiano sin parar mientes
en su más que lamentabilísima actitud de querer ser
encerrado en el faraónico proyecto que están realizando en
Santiago de Compostela por decisión suya.
Tira que te tira, el régimen sigue presente en el espíritu
de estos dirigentes peperos: el Valle de los Caídos, con su
gigantesca cruz, tiene seguidores dentro de las filas
peperas. Si contamos con la enorme Ciudad de las Ciencias
valenciana, a la que se le ha añadido una pista de F-1; el
ahora en construcción macro proyecto de Santiago de
Compostela; la ciudad olímpica fracasada de Madrid; el
edificio mastodóntico y horrible de cierto arquitecto
portugués en pleno corazón de Ceuta…, paremos de contar, que
con esto ya tenemos suficiente.
Eso de que los peperos ataquen cotidianamente al Gobierno
actual culpándolo de todos los males que la crisis ha traído
a los ciudadanos de éste país, al menos a los trabajadores,
no es más que una triquiñuela para hacernos creer que somos
idiotas de campeonato.
Creo, sinceramente, que el líder pepero, Mariano Rajoy, no
tiene madera de ser presidente del Gobierno; porque en
cuanto tenga problemas se esconderá como ha venido
haciéndolo hasta ahora y para eso es mejor que siga en la
oposición otra temporada más. Lo suyo es seguir sentado
cómodamente en un sillón fumando puros y viendo trabajar a
los demás.
La costumbre de Rajoy, de dejar que las cosas se arreglen
por sí solas, me da un extraño presentimiento de
inseguridad.
Y yo con éstos pelos…
|