Cuatro años y 3 meses de prisión fue la pena solicitada por
la Fiscalía para los dos detenidos en la operación
‘Caballa’, saldada con el decomiso de 100 kilos de hachís
cerca de un pesquero ceutí intervenido por la Guardia Civil.
Los acusados negaron su relación con la droga y refirmaron
su inocencia ante el delito contra la salud pública que se
les imputaba.
El patrón de un pesquero ceutí y uno de sus marineros
ocuparon ayer el banquillo de los acusados del Juzgado de lo
Penal por un delito contra la salud pública que les imputaba
el representante del Ministerio Fiscal en la ciudad y por el
que les pedía una pena de cuatro años y tres meses de
prisión después de que los agentes de la Unidad Orgánica de
Policía Judicial de la Guardia Civil interviniesen 100 kilos
de hachís que salieron a flote en un corcho próximo a dicha
embarcación.
Los dos acusados reiteraron su inocencia ante el titular del
órgano judicial que dejó el juicio visto para sentencia.
Durante los interrogatorios efectuados tanto por el fiscal
como por la defensa, el patrón del pesquero alegó que en
dicha zona había atracados otros dos barcos y que diez
minutos antes de llegar la Benemérita, uno de ellos salió a
la mar, por lo que el alijo quedó situado entre su
embarcación y otra. “De hecho, yo mismo les dejé a los
agentes el gancho para que sacaran del agua la droga, que no
estaba atada, ni pegada con nada a mi barco”, especificó.
Por su parte, el tripulante relató que, debido al permiso de
residencia en España que posee, debe permanecer seis días en
Ceuta y un séptimo, en Marruecos, lo que le permitía
pernoctar en el pesquero o alojarse en el puerto pesquero
durante dicho periodo. Versión que fue corroborada por el
secretario de las Cofradía de Pescadores que asistió al
juicio en calidad de testigo, dando fe de lo expuesto por el
acusados y añadiendo que “hemos hablado reiteradas veces con
Delegación de Gobierno para exigir seguridad en el puerto”.
Para finalizar las declaraciones de los testigos, compareció
un agentes de la Benemérita cuyas funciones fueron las de
inmersión. Este corroboró la tesis planteada por el letrado
de la defensa:; “dependiendo de la corriente, el corcho de
la droga podía moverse hacia un lado u otro ya que no estaba
sujeto a ninguna embarcación en concreta por lo que no
aseguro que la droga fuese de los acusados”, sentenció.
|