Francisco Sánchez Legrán: “Estamos a favor de defender el
derecho a la salud”.
1. Sí. Facua lleva más de 30 años denunciando a empresas y
organismos por cometer o por permitir abusos contra los
consumidores y pidiéndoles a estos que se movilicen en
defensa de su salud, denunciando los incumplimientos de la
Ley del Tabaco, porque los tiempos en los que a un ciudadano
se le impedía denunciar los atentados contra sus derechos ya
se acabaron.
2. Sí, porque nuestra organización desea que los
responsables de los establecimientos de hostelería asuman y
hagan cumplir la norma, al tiempo que pedimos a los
fumadores comprensión con las nuevas restricciones
establecidas en la Ley, ya que su objetivo es proteger los
derechos de los no fumadores. Esperamos que los empresarios
se convenzan de que esta medida no les va a afectar en sus
negocios como ha quedado demostrado en otros países donde
medidas parecidas se pusieron en marcha.
3. Sí, Facua no está de acuerdo con los que dicen que se
está impidiendo el derecho a fumar, pues la Ley lo que
garantiza es que los no fumadores no sean obligados a fumar
y a sufrir en su salud los efectos de los componentes
cancerígenos del tabaco. El fumador puede ejercer su derecho
a fumar siempre que no afecte a la salud de los demás, algo
totalmente razonable para la inmensa mayoría de los
españoles.
4. Sí, porque lo que está en juego es el derecho a la salud
y reclamamos a las autoridades sanitarias que intensifiquen
las inspecciones para garantizar que esta vez se dé
cumplimiento a la Ley y apliquen las sanciones previstas.
Fernando Díaz Villanueva: “Es propio de tiranías
liberticidas como la nazi o la soviética”.
1. No, porque establecería un peligroso precedente de
delaciones anónimas. Se crearía una inmensa desconfianza
entre los ciudadanos y, a la larga, una fractura social muy
difícil de revertir. La Historia nos ha enseñado que la
delación entre individuos descoordina y debilita a la
sociedad civil, además de poner sólidos cimientos al
despotismo político.
2. No, porque las delaciones no son propias de sociedades
abiertas. Son propias de las tiranías liberticidas como, por
ejemplo, la nazi o la soviética. España debe aspirar siempre
a formar parte de las primeras, no de las segundas.
3. No, porque convierte a los ciudadanos en mitad
burócratas, mitad policías. Aproximadamente lo mismo en lo
que los sátrapas comunistas de la República Democrática
Alemana transformaron a sus involuntarios súbditos. La
infame Stasi funcionaba gracias a una inmensa red de
informadores anónimos, más de 300.000, lo que equivalía a
uno por cada 50 alemanes. Este tipo de regímenes políticos
totalitarios son los que inspiran ideas de casquero como la
de la delación anónima.
4. No, porque fumar no es ningún delito. La nueva ley que el
Gobierno socialista ha aprobado para restringir los derechos
de los fumadores va claramente contra los principios
generales del derecho. Violarla implica penas
desproporcionadas y supone una disparatada intromisión del
poder político en la vida privada de los ciudadanos. Siempre
que haya consentimiento entre las partes fumar no es más que
un hábito elegido libremente.
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