Me estaba yo pensando y a la vez
preguntando qué nos queda por prohibir, en el supuesto que
nos quede algo para lanzar una ley que lo prohíba. ¡Será por
prohibir!.
No hay nada peor, para los españoles o más bien para todos
los pueblos mediterráneos, por su carácter inconformista que
se le prohíba algo pues, con ello, sólo se consigue que
realicen lo contrario, añadiéndole el enfrentamiento entre
quienes están de acuerdo con la prohibición sea la que
fuera, y los que están contra la misma. De hecho ya se han
producido enfrentamientos por la ley antitabaco. Y lo que te
rondaré morena.
Bueno, pues como les decía, me estaba yo pensando, malo
cuando me da por pensar porque, entre otras cosas, yo pienso
otros alfalfa, qué es lo qué nos queda por prohibir, por si
se me ocurre algo que podamos prohibir, que se haya olvidado
y si lo encuentro pues, como siempre, presto mi colaboración
al asunto.
Quiero aclarar, porque es de suma importancia esta
aclaración, que sólo trato de buscar algo que se haya
olvidado y que podamos prohibir, hasta ahí mi colaboración.
Lo que no voy a hacer, de ninguna de las maneras, es servir
de chivato para denunciar al que no cumpla la ley
antitabaco.
Lo chivatos a igual que los de pelota y lameculos, me
parecen denigrante y asqueroso. Esa asquerosidad sólo queda
para los rastreros de baja estofa. Desgraciadamente para la
Humanidad, gracias a esos asquerosos y repugnantes chivatos,
muchas personas inocentes dejaron de existir, otros
perdieron sus empleos e incluso todos sus bienes y los más
dieron con sus huesos en la cárcel.
Y en eso de perder sus puestos de trabajo e incluso dar con
sus huesos en la cárcel, siendo más inocente que un San
Jumerio, se perfectamente porque razón lo digo. Y esa
poderosa razón es la que me lleva a sentir asco y una
repugnancia enorme hacia todos los chivatos del mundo, que
tanto daño han hecho a Humanidad. ¡Malditos sedan ,siete
veces siete!.
Por todo ello, por esas enorme repugnancias que siento hacia
esos hijos de…, los chivatos, no puedo estar de acuerdo con
la ministra de Sanidad animando a los ciudadanos a denunciar
a cualquiera que encienda un cigarro en un lugar publico.
El espíritu de esa ley, señora ministra, es proteger la
salud pública. Hasta ahí, en esa defensa de la salud pública
estamos de acuerdo, nos guste más o menos la ley antitabaco.
Lo que no podemos estar de acuerdo, teniendo en cuenta el
espíritu de esa ley, es que a los fumadores se nos
criminalice como si fuésemos unos delincuentes
Y ya que estamos en el asunto de prohibir, pues podríamos
prohibir los vehículos de altas velocidades. Si en España,
la velocidad máxima permitida es de140 Km, se podría
prohibir la venta de vehículos que superen ese limite de
velocidad, lo que nos llevaría a salvar muchas vidas en
nuestras carreteras cometidas por el exceso de velocidad.
Es una idea que doy, como se darán muchas otras ideas para
seguir prohibiendo cosas que perjudiquen a la salud. Ahora,
seguro que eso de la velocidad no se prohibirá. Y eso que el
exceso de velocidad, lleva varios cientos de muertes, cada
año, en las carreteras españolas.
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