“Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado
mortal a la pereza”, empezaba un conocido artículo en 1833.
Las navidades concluyeron antes de ayer, como así se
reflejaba en los montones de basura amontonados dentro y
fuera de los contenedores de la ciudad, imagen ya
tradicional del día de Reyes.
Ayer, previsiblemente, debería haber vuelto la vida
cotidiana a la calle, pero fueron muchos los que
aprovecharon que el primer día no festivo después de las
fiestas cayese en viernes para retrasar la vuelta al
trabajo. “Muchos empleados se han pedido el viernes y
alargan las navidades hasta el lunes”, comentaban los
funcionarios en el Ayuntamiento. No eran los únicos.
En la mayoría de los trabajos, el personal estaba al mínimo,
aupado aún más por la mañana de lluvias que ayer vivía la
ciudad, y que invitaba a quedarse en casa.
Personal reducido en los servicios sanitarios, públicos, y
privados. Era dificil encontrar a algunos especialistas. Por
ejemplo, muchos de los dentistas de Ceuta se sumaron al
improvisado puente.
Igual tanto ausentismo laboral se debía a las rebajas. Las
tiendas no solo no hicieron puente, sino que estaban a
rebosar de gente, que, en consecuencia, no había ido a
trabajar. Los pocos empleados que permanecían en sus puestos
despachaban a los usuarios con un recurrido “Vuelva usted el
lunes”.
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