No hubiera querido, en estos días,
escribir nada sobre uno de los lugares que más respeto me
infunden, desde que era muy pequeño.
Y ese respeto viene por el recuerdo que cualquiera de
nosotros debe tener hacia aquellos seres que reposan ya,
tras habernos abandonado.
Aunque a más de uno le parezca así, el cementerio no es ni
un parque, ni un lugar de recreo, al menos en nuestro país,
y por ello no ceo que haya muchas personas que en sus
visitas diarias, semanales o cuando sean, vaya en plan de
“pasarlo bien allí”.
Y digo esto porque parece que hay alguien, en el cementerio
de Ceuta, donde tiene su puesto de trabajo, que se olvida,
no sé si intencionadamente, o porque sí, de que la puerta
del cementerio que está en la parte de arriba, para mayor
comodidad de quienes hacen esas visitas, con regularidad,
debiera estar abierta, cuando abierta, también, está la de
abajo.
Algo que en alguna ocasión, y no a las siete o las ocho de
la noche, si no a las tres o las cuatro de la tarde, y con
más frecuencia de la debida, aparece cerrada.
Está claro que los muertos no hablan, no se quejan, pero sus
familiares y sus amigos, que van a hacerles una visita, sí
que pueden hablar, pueden quejarse y pueden exigir que esa
puerta esté accesible para quienes tienen a sus difuntos en
esa parte, por donde les es más cómoda la entrada.
Debo decir que jamás he entrado en el cementerio de Ceuta,
pero personas que van con mucha frecuencia me lo han
comentado y me han pedido que, desde aquí, demos un aviso
especial sobre algo que a nadie perjudica y a más de uno le
haría la visita más cómoda.
Debo repetir, una vez más, que esa petición que hacen varias
personas, la hacen para aquellas horas del día en las que es
más frecuente la visita al cementerio, para esas horas en
las que, cumpliendo con sus deberes, también, están allí las
personas de mantenimiento, con lo que a nadie se le está
pidiendo un extra muy especial.
A partir de ahora, y en atención a estas personas que nos
han pedido hacer esta llamada, voy a seguir muy de cerca
esta situación que dependerá de una o de dos personas, no
creo que de más, y que deberán cumplir con sus trabajos,
este debe ser uno de ellos, muy especialmente en atención a
personas, más bien, mayores que no jóvenes, por ser muchas
las personas de edad que con frecuencia pasan unos minutos
con los suyos, que ya no están aquí.
Hasta ahora, y hay que notarlo, también, en los muchos años
que llevo escribiendo en un medio en Ceuta, nunca había
tocado este campo y nunca había tenido una queja sobre las
personas que están trabajando ahí.
A partir de ahora, y alguien de la Asamblea será el
responsable de esta área, ya habrá que tener una atención
muy especial para que la comodidad sea para los usuarios, no
para quien está allí trabajando y trabajando de verdad, sin
dejar de lado lo que corresponde a quienes hacen esas
visitas diarias o regularmente.
Mal me parece tener que comenzar así el año, con estos
temas, cuando hay elecciones a la vuelta de la esquina y,
como dije antes, los muertos no hablan, no se quejan, ahora
digo, los muertos no votan, pero sus familiares sí, y a la
hora de votar, dejando de lado ideologías, por lo general se
vota efectividad, para los vivos, especialmente, también en
esto.
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