Pablo Carbonell es, ante todo, polifacético. Y lo es
porque sería imposible intentar definirlo como artista. Ha
probado todas las facetas y en todas confiesa sentirse
feliz. A Ceuta vino con una representación teatral y mañana
lo vuelve a hacer con los temas del grupo con los que marcó
una etapa musical: ‘Los toreros Muertos’. Sin embargo,
quizás sea la asignatura de hacer reír en la que más haya
destacado. Más allá de canciones, Pablo Carbonell marcó un
hito en la televisión con el programa Caiga quien Caiga.
Hoy, y tras varios años desde entonces, a Pablo Carbonell se
le sigue recordando como aquel reportero que todos los
domingos conseguía que millones de españoles rieran a
carcajadas.
Pregunta.- Vuelve a Ceuta...
Respuesta.- Así es. Ya he venido a dar algunos conciertos.
Además, Ceuta es de lo pocos lugares a los que he venido
para no hacer nada, simplemente para visitarla.
P.- ¿Le gusta esta ciudad?
R.- Me encanta y, especialmente, su gente. Dicen algo que no
he escuchado jamás en otro sitio: “muchas gracias por
acordarse de nosotros”. Y lo digo en serio, encantadísimo de
venir a esta tierra.
P.- ¿Qué se va a encontrar la gente que vaya a verlo
mañana?
R.- Es un recital donde intercalaré monólogos con mi etapa
de ‘Los toreros muertos’. Habrá temas que no se han grabado
todavía, aunque no me atrevo a hacerlo porque estoy
trabajando sin sacar el disco así que me da miedo sacarlo y
dejar de trabajar (risas),
P.- Supongo que el humor tendrá una gran importancia
durante su actuación...
R.- Es una especie de monólogo, como ‘Cantando bajo la
lluvia’ pero con menos gente. Hablaré de mis canciones y
habrá mucha coña. Mi primera canción fue ‘Mi agüita
amarilla’ y pude haberme quedado ahí pero decidí hacer
muchas más. Marcó mi espíritu aunque en el concierto también
hay un hueco para los temas románticos, siempre hay un lugar
para el amor.
P.- ¿Guarda buen recuerdo de su etapa en ‘Los toreros
muertos’?
R.-Totalmente y no hemos pasado página todavía. El 28 de
febrero tocaremos en Madrid y el 5 de marzo en Medellín
(Colombia). En ese país seguimos siendo muy conocidos.
P.- Dijo en una ocasión que el grupo representó el fin de
la movida...
R.- Éramos más descarnados y satíricos, puesto que hacíamos
una especie de parodia de grupo pop. Funcionó tan bien que,
prácticamente los únicos que trabajábamos en el año 87
éramos nosotros. Nos lo comimos todos y fuimos la banda más
contratada en aquella época. Éramos, quizás, demasiado
sarcásticos.
P.- ¿Se han suavizado con los años?
R.- Quizás sí. Cada uno va grabando sus temas y, de vez en
cuando, nos juntamos y cantamos. Sin embargo, creo que ya
hicimos lo que teníamos que hacer, lo pasamos muy bien,
fuimos jóvenes, dormimos en la carretera pero ahora toca
otra cosa: el cantautor plasta en que me he convertido yo,
hacer funciones de teatro, alguna peliculita, trabajar de
actor...
P.- ¿Cómo se puede compaginar tantas facetas?
R.-Pues haciendo malabares. Muchas cosas no puedo hacerlas
porque me coinciden con otras. Hace poco me llamaron para
una serie de televisión y tuve que negarme porque tenía que
venir a Ceuta y no lo iba anular por eso. Voy cogiendo
fechas y cuando alguien quiera contar con mis servicios,
tendrá que llamarme con antelación.
P.- Parece que la crisis no va con usted...
R.- Sí me afecta porque soy una persona sensible. Tengo
muchas disciplinas en las que trabajar pero se nota. La noto
en los cachés, que han bajado mucho y que la gente está
mucho menos alegre, más mosqueada con la situación.
P.- ¿Se ve volviendo a la televisión para presentar un
programa?
R.-No me veo. Me abomina profundamente la televisión que se
hace hoy en día. Sólo veo ‘Pasapalabra’, los informativos y
muchas películas. No me gusta nada. Tampoco me veo como
contertulio discutiendo chorradas.
P.- Pero Caiga quien caiga marcó un antes y un después en
su carrera...
R.- Es curioso pero este programa me quitó la fama de loco
que yo tenía, la gente se dio cuenta de que yo podía estar
loco pero que era un buen profesional.
P.-Y, además, una de las claves del éxito era que
realmente se les notaba disfrutar haciéndolo...
R.-Disfruto en casi todo lo que hago. En el concierto de
mañana la gente va a salir con la sensación de que me
disfrutado encima del escenario y, la verdad, es que me lo
paso muy bien cantando. No me lo paso bien ensayando una
canción una y otra vez pero no en una actuación.
P.- En su faceta como director de cine, ¿se plantea una
nueva película?
R.- Esa es una de las consecuencias de la crisis, cuesta
mucho más sacar un proyecto adelante. Estuve en San
Sebastián para comunicar que tenía un proyecto en cartera y
no me encontré con nadie, lo que quiere decir es que hay muy
poca alegría. Muchas personas se han pegado leches de
importancia y se quedan quietecitos en sus casas por lo que
pueda venir.
P.- ¿Qué le queda por hacer en este mundillo?
R.-Dirigir una ópera y ser el protagonista o, incluso en una
zarzuela (rissas). Aún me queda mucho por hacer.
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