Entre ayer y hoy, los más de 40 puestos del mercadillo
navideño de Ceuta darán por concluida su venta en Ceuta. A
pesar del buen tiempo de las últimas semanas, los tenderos
se van con mal sabor de boca y con un balance final negativo
a causa de las bajas ventas, y empeorado con el aumento de
robos.
Empezó lluvioso. Después, mejoró el tiempo. No por ello
ascendieron las ventas. Entre ayer y hoy, las 93 casetas (en
torno a los 40 puestos) que han participado en el mercadillo
navideño de Ceuta, situado en el paseo de la Marina, dan por
concluido su trabajo. El balance de la mayoría es más
negativo que en ediciones anteriores.
Pocas ventas que notaron principalmente en el pasado día 5.
“En la víspera de Reyes, a la gente le suele entrar la
fiebre de comprar los regalos de última hora. Pero este año
ha sido como un día más”, comenta Vicente, llegado desde
Torremolinos.
Alessandra es italiana y ha trabajado con dos amigas. “No
nos ha ido bien, es la primera vez que venimos y no estamos
contentas”, explica. Además, señala, se lleva una mala
impresión: “La gente que venía tenía muy mala educación.
Hemos sufrido muchos robos. El último ayer, tres niñas que
no me llegaban ni a la cintura y que las pillé in fraganti
robándome unos juguetes”.
Desde el año 2006 lleva viniendo Hassam, y considera que
este año ha sido el peor. Lo mismo piensan Raquel y Javier,
que llegados desde Madrid, se vuelven descontentos con el
resultado. Explican que venir a Ceuta les sale demasiado
caro porque a pagar la caseta, la mano de obra o el suelo
del Ayuntamiento -”Que nos ha ascendido este año a 2.000
euros”, explica-, tienen que sumarle los gastos de los
pasajes de barco. Balances con resultado en débito. Cuentas
que no salen rentables debido también a la corta duración
del mercadillo navideño. “En todas las ferias, y aquí en
Ceuta también ha sido así hasta este año, estas ferias
navideñas empiezan el día 1, y así aprovechamos el puente de
la Constitución, pero este año hemos empezado el día 18”,
protesta Javier.
Sus quejas no acaban ahí, y el tendero añade: “Me gustaría
dejar claro además que nosotros no le hacemos competencia
desleal a los negocios de Ceuta, sino al contrario. Con
nuestros puestos, fomentamos el consumo porque la gente
viene a pasearse y termina gastando no sólo aquí, sino en
todos los negocios colindantes. Y voy más allá, nosotros
mismos, los tenderos, dejamos en Ceuta nuestro dinero
mientras vivimos aquí”.
Por eso, debido a las bajas ventas y al aumento robos,
Héctor lo tiene claro: “No quiero volver a trabajar en el
mercadillo de Navidad de Ceuta”.
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