Muy pocos nos acordamos ya de
cuando había, tan sólo, dos cadenas de televisión, menos nos
acordamos de cuando había una sola cadena, pero en lo que sí
estamos de acuerdo muchos es en que, en aquellos casos, uno
podía ver la televisión y alternando con algún “rollo” había
programas que entretenían.
Ahora, cada día más cadenas y cada día más problemas para
poderse sentir uno cómodo, ante la pequeña pantalla,
especialmente, porque la telebasura ha invadido las
distintas cadenas y cuando encontramos alguna que no entró
en ese juego, estamos ante la excepción.
Y una de las excepciones, una de las que no había entrado en
el juego de la televisión de los cotilleos era la CNN+, en
la que se sucedían, hora tras hora, informaciones que podían
ser de nuestro agrado o no, en sus orientaciones, pero ahí
estaban y desde ahí informaban.
Pues bien, como “don dinero” parece que ha empezado a faltar
en alguna de esas empresas multimedios y hay otras empresas
de este mismo gremio que quieren ir fortaleciéndose, aunque
sólo sea con el dominio de las “telebasuras”, CNN+ ha
cambiado de dueños y ha pasado de ser una emisora respetable
a otra que yo no voy a respetar jamás, aunque tenga una gran
audiencia, porque se suma al morbo del cotilleo que se va
convirtiendo en el centro de un gran número de
telespectadores.
Ahora, lo que fue CNN+ pasa a ser un Gran Hermano
permanente, que todavía no me explico como puede estar en
antena, desde hace tanto tiempo, en la que, desde ahora,
será su hermana mayor.
Estos son los giros que van dando las diversas televisiones,
tras aquellas concesiones, más que discutibles, por parte de
uno de los gobiernos de Felipe González, cuando a Prisa, por
lo que fuera, se le dio un canal de pago, además de que
aparecieran en abierto otras licencias más.
El canal de pago, Canal Plus, ahí sigue, y cada vez más
multiplicado por 2, por 3, o por lo que haga falta, pero a
su sombra, y yo no sé por qué, de la noche a la mañana,
apareció la 4, con lo que había dos al precio de una y otras
varias de la familia haciéndose la corte.
Con la llegada del nuevo sistema de la TDT, aparecen canales
de televisión de debajo de las piedras, muchos de ellos
cuesta trabajo buscarles una familia clara, pero lo más
cierto de todo es que puedes pasarte minutos y más minutos,
sin encontrar una pantalla en la que aparezca algo normal,
educativo, informativamente correcto y que sirva, además,
para entretener.
Me comentan que las programaciones de la noche del 31 de
diciembre al 1 de enero fueron vergonzosas, que no hubo
ninguna seria y completa, tras terminar las doce campanadas,
y no me extraña, porque no hace falta más que empezar a usar
el mando a distancia, para que, al final, a cualquier hora,
uno tenga que decir:”Esto no me sirve”.
La venta o traspaso de CNN+ no me ha extrañado, porque una
televisión en la línea ordenada en la que iba esta, pero sin
mucha publicidad, poco lejos podía llegar y, eso sí, ha
caído en las peores manos que podía caer, informativamente
hablando, para sus contenidos.
La crisis, aquí también, se ha dejado notar y la publicidad
ha bajado en algunos tipos de programas, hasta tal punto
que, por eso, se mantiene lo que vende, el cotilleo y la
basura. Es de vergüenza.
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