El gobierno de Grecia ha insistido en la necesidad de
construir una valla de protección en su frontera con Turquía
para frenar el incesante acceso de inmigrantes ilegales a su
territorio y, al igual que hiciera este lunes el primer
ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quiere seguir el
modelo de la frontera de España con Marruecos en Ceuta. La
instalación griega tendrá 12,5 kilómetros y será de alambre
y hierro.
Si el lunes era el primer ministro israelí, Benjamin
Netanyahu, quien anunciaba su intención de levantar en la
frontera de su país con Egipto una valla similar a las de
Ceuta y Melilla para controlar la inmigración ilegal, ayer
era el Gobierno griego el que se mostraba dispuesto a seguir
el mismo modelo. Según recoge la agencia Efe, en contra de
las críticas recibidas en los últimos días, el Gobierno
griego insistió en la necesidad de construir una valla de
protección en su frontera con Turquía para frenar el
incesante acceso de inmigrantes ilegales a su territorio.
La polémica instalación, que tendrá una longitud de 12,5
kilómetros, contará además con cámaras térmicas y sensores
de movimientos, dijo el viceministro de Inmigración, Emanuil
Othonas, en declaraciones a la emisora “VimaFm”. El
funcionario precisó que la construcción se realizará “lo
antes posible”, ya que la sociedad griega no soporta más la
presión de la afluencia de los inmigrantes. En todo caso,
aclaró que la valla no se construirá “para separar a los
inmigrantes de los ciudadanos” sino para “proteger las
fronteras” del país en tiempos de la mayor crisis
presupuestaria de los últimos 60 años.Según otras fuentes
del Ministerio de Inmigración citadas por el periódico
digital ‘To Vima’, el muro será alzado en la localidad de
Nea Visa en el fronterizo río Evros, en la parte noreste de
Grecia, a unos mil kilómetros de Atenas.
La valla contará con alambre y barras de hierro, y seguirá
el modelo usado por España entre Ceuta y el territorio
marroquí, o la instalación existente en parte de la frontera
entre Israel y Egipto.
Cubrirá la extensión de la frontera que se encuentra en
lugares de cultivo y que no pueden ser constantemente
patrullados, y por donde los indocumentados pueden pasar
incluso sin la ayuda de traficantes. Para el resto de la
frontera, que en su total alcanza unos 205 kilómetros de
largo, existe la frontera natural del río Evros, que es
patrullado en lanchas por los guardias fronterizos.
Las vallas que separan el territorio español del marroquí en
Ceuta y en Melilla se recrecieron de 3 a 6 metros tras las
avalanchas masivas que se registraron en 2005. Tras estos
sucesos, en los que murieron 13 inmigrantes y decenas
resultaron heridos por el efecto de las concertinas que
coronan las vallas, el presidente del Gobierno, José Luis
Rodríguez Zapatero, anunció la reforma de ambas para
suprimir este alambre de uso militar. Finalmente, sólo en el
caso de Melilla se instaló en 2006 el nuevo sistema, una
doble valla unida en su parte interna por una sirga
“tridimensional” y que también a diferencia de la ceutí se
inclina hacia el exterior en su parte más alta para
dificultar la escalada y está dotada con otros sietemas para
repeler las intrusiones. En el caso de Ceuta se consideró
innecesaria su instalación al tener menos presión que la
melillense y reducirse esta en las dos.
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