Ménage a trois” es una expresión
francesa que, aparte del sentido erótico que pudiera tener,
se utiliza para referir un arreglo entre tres personas. Pero
nosotros nos hemos valido de dicha expresión para crear otra
que se va a referir al encuentro entre cuatro oponentes que
días pasados se enfrentaron en el Congreso de los Diputados.
A saber: José Luis Rodríguez Zapatero, Alfredo Pérez
Rubalcaba y José Blanco López, por una parte y, por la otra,
Mariano Rajoy Brey. Ni que decir tiene que los tres primeros
forman el meollo del gobierno y, el cuarto, acudía como Jefe
de la Oposición.
Se trataba de la comparecencia del Presidente del Gobierno
para dar cuenta de los hechos, gestiones y decretos
promulgados, todo relacionado con la huelga salvaje llevada
a cabo por los controladores aéreos que tanto ha perjudicado
a los viajeros, empresas de hoteleras, de transportes, etc.
y del último decreto de 4 de diciembre por el que se
declaraba el estado de alarma para la normalización de un
servicio público tan esencial como es el transporte aéreo.
Rodríguez Zapatero, a nuestro parecer, se enredó en
cuestiones técnicas, datos sobre las horas extras de los
controladores, el número de los profesionales y la validez
de los convenios del sector pasados y del actual haciendo
hincapié en el acuerdo de la Audiencia Nacional avalando la
ley que modificaba el sueldo de los controladores, basando
parte de su actitud en esta decisión frente a la crisis
provocada por este colectivo de empleados.
Mariano Rajoy inició su parlamento (uno de los mejores que
le hallamos escuchado) criticando a los “únicos culpables
directos de la crisis aérea”, la gestión del ejecutivo
socialista ante y durante el “intolerable chantaje”
anunciando “que no supondría más que una nueva manera de
gestionar los asuntos públicos: la pasividad, la desidia y
el no hacer nada”. prestando, eso sí, su aprobación y apoyo
a la medida adoptada en evitación de la grave situación
creada.
Es aquí donde entra en danza el “ménage a quatre” y la carga
de profundidad que Mariano Rajoy, a través de una andanada
que nadie se esperaba, espetó con una corta arenga altamente
lesiva: “el Ministro de Fomento es un inútil total, con
dosis importantes de caradura porque siempre encuentra una
excusa para no asumir sus responsabilidades”. Luego continuó
para indicar que “no seré yo quien emplee estos
calificativos con el señor Blanco (uno de los “quatre del
ménage” que levantaba la vista con claros signos de
enfurecimiento) ni con nadie . “Tan cariñosos epítetos
fueron los que dedicó don Alfredo Pérez Rubalcaba (otro
encartado en la trama que trataba de fingir el mal humor que
mostraba su agrio semblante) a un ministro de Fomento por
unos retrasos en el aeropuerto de Barajas en el año 1999”.
Y mientras el Jefe de la trama (tercer participante en el “ménage”),
conocedor de tantos dolos, artificios y confabulaciones de
sus correligionarios hacia el de la Oposición asentía con un
rictus que denotaba su contrariado estado de ánimo, el
organizador del encuentro, o sea Mariano Rajoy, disfrutaba
junto con los de su bancada (entre los que vimos a nuestro
representante Francisco Márquez, más dedicado últimamente a
los menesteres de parlamentario que a su principal ocupación
en la Asamblea) de lo mas alto del clímax orgásmico que le
había producido contemplar al malhumorado bloque socialista,
con el beneplácito de los “peperos” que entendían como
propia la cópula que había llevado a cabo Mariano Rajoy en
el Parlamento quien agradeció la algarabía y prolongada
ovación que se le ofrecía por el éxito de este
enfrentamiento político que se nos ha dado por llamar
“Ménage a Quatre”.
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