Primer día del nuevo año con el
primer artículo de opinión que escribo amparado por la
nocturnidad y la tranquilidad que ofrece una población donde
las almas descansan tras unas horas de jolgorio y parranda.
He despedido el año con la familia alrededor bajo unos
soportales maravillosos de un pueblo catalán cuajado de
nieve, más de acorde con estos días festivos, y siguiendo la
pauta que marcaba la aguja grande del reloj de la torre.
Para nuestra sorpresa, mi hijo pequeño comenzó a comer las
uvas, por primera vez en su vida, y resultó ser tan puntual
como la aguja del reloj, pero al término de las doce
campanadas salió disparado hacía una de las esquinas de la
plaza.
Resulta que puso en práctica un truco que él solo había
aprendido: se metía las uvas en la boca de una en una pero
sin masticarlas y luego las sacaba de golpe enteras y
pulidas.
No se si 2011 será próspero, ya que empezamos con subidas de
precios fuera del alcance de muchos ciudadanos, sobre todo
de los mileuristas y de los jubilados.
Subidas de la luz, el tren, del gas, el avión, el metro, los
peajes, la gasolina y pare Vd. de contar, que afectarán más
de lo que se pueda creer la economía familiar.
En ayudas sociales acaban con las ilusiones de muchas mamás
que se quedan sin el cheque bebé tanto como acaban con las
ilusiones de muchísimos parados que se quedan sin los 426
euros con los que poder comprar el pan de cada día.
Incluyendo la subida de Correos, cosa extraña cuando son
muchísimos menos los usuarios ante los correos electrónicos
y los ipad...
Los impuestos del IRPF comenzarán a morder las nóminas un
poco más que antes que, con la supresión de la desgravación
por vivienda, supondrá que 2011 se estrene con precios altos
y rentas bajas.
Todo eso se acumula en un negro horizonte al que se le
agrega los más de 47.000 desahucios desarrollados solamente
en Catalunya. Más de 47.000 familias en la calle, sin casa.
Más allá del horizonte se vislumbra una nueva barrera al
disfrute de la vida: la jubilación a los 67 años para 2027.
Para entonces ya seré demasiado viejo.
No quiero ser agorero pero la situación del mundo no está
para soltar las campanas al vuelo, aunque sea simplemente
para despedir el año.
El continente africano emerge con fuerza y el asiático hace
años que sacó de la manga una polítcia sutil con la que se
va apoderando del resto del mundo, al menos en lo económico.
Tiendas chinas por doquier.
En definitiva, que espero sinceramente que el nuevo año
traiga un poco más de bienestar para todos y nos haga
rebajar la tensión... y los precios.
Al fin y al cabo, usando el tópico, no está mal deseear lo
mejor al prójimo, sea cual sea su condición, y ello conlleva
mi más sincero deseo de prosperidad para todos.
Feliz 2011.
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