Ya saben ustedes que, a partir de
hoy, está prohibido fumar en los lugares públicos, a
seiscientos metros de los hospitales y en los jardines,.
Bueno, para evitar tener que rellenar el artículo de todos
los lugares en los que está prohibido fumar. Lo mejor, para
terminar de una vez por todas, es que los fumadores dejemos
de fumar, que fumar perjudica la salud, que viene puesto en
los paquetes de tabaco, y que lo he visto yo con este par de
ojos que se tiene que comer los asquerosos de los gusanos.
Bueno, como uno es fumador, aunque de poca monta, le quiero
dar un consejo a los fumadores que tengan algún familiar o
amigo en los hospitales y tengan que ir a verlos. Lo mejor
es que se compren un metro, y antes de encender un
cigarrillo cuando se haya salio del hospital comprobar, con
el mismo, si se está a algo más de seiscientos metros, para
evitar llevarse una sorpresa que le perjudique el bolsillo.
La suerte que, de momento, vamos a tener todos los que nos
dedicamos a echar humo es que en los estadios de fútbol o en
los cosos taurinos, por ser espacios al aire libre, se puede
fumar. La desventaja que le fútbol es cada quince días y que
muchísimos fumadores no somos aficionados a los toros.
Lo único que podemos hacer, si es qué podemos hacer algo, es
tratar que todos los días de la semana se juegue algún
partido en nuestra ciudad, cosa que, por supuesto no va a
ocurrir.¡Dita sean las patatas en amarillos cortadas en
rodajas y con júreles fritos del día anterior, tendremos que
esperar quince días para degustar un par de cigarrillos!.
Y en esos momentos, en los que estamos degustando y
sintiendo el enorme placer del cigarrillo en cuestión,
cantar eso que dice:”Fumar es un placer, genial, sensual.
Fumando espero al próximo encuentro que el Ceuta tenga que
disputar…”.
No se olviden, a partir de hoy, naranja de la china el fumar
en los lugares que esté prohibido hacerlo, o sea en casi
todos los lugares para no darle más vueltas al asunto.
Después no me venga a decir que no están avisados. Ya lo
dijo aquel el que avisa no es traidor.
NI te cuento, serrana del alma, la de colillas que van a
aparecer en la vía pública, que va a dar asco hasta mirar
hacia abajo, donde sólo nos vamos a encontrar montones de
colillas de los fumadores que estén tomando una copa y se
salgan a la calle a fumarse un cigarrillo para, una vez
terminado el mismo, volver a entrar en el establecimiento a
seguir con su copa.
No hubiese sido mejor digo yo, en el supuesto caso que pueda
decir algo sin que se me moleste el personal, dejar la cosa
como estaba. Es decir con establecimientos donde su puede
fumar y otros donde no se puede fumar. De esa forma los
fumadores irían a unos establecimientos y los no fumadores
irían a los otros. Y todo el mundo contento.
Me da por pensar, ojala me equivoque, que esa ley antitabaco
lo que va a traer es más paro. Van a ser muchos
establecimientos los que van a notar la falta de clientes,
lo que se va a convertir en una regla de tres simple, a
menos clientes, menos necesaria la mano de obra. De los
cuatro empleados que tengo me sobran dos, Sobre todo en los
establecimientos preparados para celebrar bodas, bautizos y
comuniones. Es sólo un pensamiento.
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