El año 2010 ha superado con creces la cifra de inmigrantes
que entraron en la ciudad un año antes. Mientras que en 2009
lograron entrar 409, este año que ha finalizado se ha
computado 540 inmigrantes que alcanzaron Ceuta
fundamentalmente por vía marítima. Un hecho que no ha
ocasionado saturación en el CETI por la regular salida de
personas a centros de internamiento en la península.
El año 2010 se cierra con mayor presión migratoria que en
2009. Las constantes entradas por mar de balseros
marroquíes, argelinos y subsaharianos han elevado la cifra
por encima de la habida en 2009, mostrando así la evidencia
de la ‘relajación’ marroquí en su labor de colaboración en
la lucha contra la inmigración y las redes clandestinas de
personas, que le unía como socio colaborador muy estrecho
con la Unión Europea y con España.
La presión migratoria por la vía marítima ha supuesto la
entrada ilegal en la Ciudad Autónoma de Ceuta de 540
inmigrantes indocumentados durante 2010, lo que supera en
ciento treinta la cifra alcanzada en 2009, cuando se
contabilizaron 409 inmigrantes.
La presión migratoria a bordo de balsas neumáticas ha
provocado que el pasado año se registrara un incremento en
la entrada irregular de inmigrantes, principalmente
subsaharianos.
La practica totalidad de las 540 entradas ilegales se
produjeron por la vía marítima al ser interceptados los
inmigrantes a bordo de pequeñas balsas neumáticas utilizadas
habitualmente para los juegos infantiles en la playa y
Sabiendo que en cualquier momentos iban a ser interceptados
por los servicios de Salvamento y traídos hasta tierra,
normalmente a Ceuta.
Entre los meses de enero y mayo de 2010 la mayor parte de
los inmigrantes procedían de Marruecos y de Argelia,
mientras que en los últimos seis meses del año más del 90
por ciento de los rescates en el mar se correspondían con
inmigrantes del África Subsahariana.
El reforzamiento de los 8,2 kilómetros de perímetro
fronterizo terrestre ha supuesto que la amplia mayoría de
inmigrantes intenten entrar por el mar, a excepción de una
decena de ellos que consiguió saltar la doble valla
fronteriza, situada a seis metros de altura.
Por otro lado, la entrada de inmigrantes no ha supuesto un
desbordamiento del Centro de Estancia Temporal de
Inmigrantes (CETI), que cuenta con 512 plazas, ya que las
salidas de grupos de personas hacia centros de acogida o de
internamiento de la península ha permitido mantener un nivel
óptimo de ocupación, según fuentes del propio centro.
La última intervención del año se produjo cerca de la pasada
medianoche con la interceptación de dos balsas neumáticas en
las que viajaban siete inmigrantes subsaharianos naturales
de Guinea.
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