En el día de hoy reflexionaré en
relación a un reportaje tendencioso publicado hace algunos
días en un medio de comunicación local así como, respecto a
las reacciones interesadas efectuadas por algunos políticos.
Informaciones y fotografías que muestran presuntamente el
abandono de una populosa barriada por parte de las
instituciones públicas de la ciudad obviando
interesadamente, las actuaciones acometidas en los últimos
años. Debo puntualizar, que por primera vez en nuestra
historia democrática, las dos administraciones públicas
trabajan coordinadamente en la mejora de la calidad de vida
de los vecinos como consecuencia directa de la labor
desarrollada en los últimos años tanto, por el Presidente de
todos los ceutíes, Juan Jesús Vivas como, por el máximo
representante del Gobierno de la nación, José Fernández
Chacón.
Debo recordar a todos los olvidadizos, que en los últimos
seis años se ha trabajado intensamente en la dotación de
nuevas infraestructuras, equipamientos y actuaciones en las
barriadas Príncipe Felipe y Príncipe Alfonso a través, de la
inversión directa de 31,8 millones de euros. Solo en esta
legislatura se han destinado 20 millones de euros a unos
trabajos que han reportado a sus vecinos entre otras muchas
actuaciones; la 2ª promoción de viviendas públicas, que
significará la entrega de 170 viviendas en el mes de abril,
la reforma integral de la Calle San Daniel, principal vía de
comunicación de estas barriadas, la instalación de una
oficina del Servicio Público de Empleo y por supuesto, la
licitación de la futura pista de atletismo.
No obstante, de nada sirven todos estos millones invertidos
en las numerosas actuaciones acometidas en las barriadas
mencionadas, sin el compromiso real de sus vecinos tanto, en
la conservación de las mismas como, en el mantenimiento en
las mejores condiciones posibles de las labores que
desarrollan cotidianamente los diferentes servicios de la
ciudad. Por tanto, los vecinos deben convertirse, como
sucede en el resto de las barriadas de la ciudad, en los
principales protagonistas en la conservación de las zonas
vecinales comunitarias.
En definitiva, todos los ceutíes tenemos la obligación de
velar por la conservación tanto, del mobiliario urbano como
de las numerosas infraestructuras acometidas en los últimos
años. Todos tenemos la obligación, como ciudadanos
comprometidos, en la conservación en las mejores condiciones
higiénicas posibles de nuestras calles y barriadas,
utilizando los medios puestos a nuestra disposición. No
obstante, aún queda mucho trabajo por hacer, que serán
acometidos en los próximos meses.
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