Ya lo dice Pedro García, tendero de una de las charcuterías
del Mercado Central. “Ahora que compren, que ya después de
las Navidades vendrán los clientes pidiéndote nada más que
lonchitas de pavo porque están a dieta”. Dos días para la
cuenta atrás. Y en el mercado de abastos de Ceuta los
tenderos corean las mercancías. Pocos hay que no sepan ya
con qué cena van a despedir un 2010 en el que la crisis ha
calado en Ceuta.
Aunque para unos más y para otros menos. Adolfo dice que sí,
que desde “que a los militares les han tocado el sueldo”,
poco ambiente hay por el mercado: “Vendemos diez veces menos
que el año pasado”, asegura desde su pescadería, la 36. Por
eso los centollos, vivitos y coleando, se pasean por los
puestos sin que nadie se acerque a demandarlos. Como mucho,
algo de calamares, de pulpo, o unos poquitos langostinos,
dice Ramón, desde otra de las pescaderías. “Y gambas, que
las vendemos a seis euros el kilo”, añade Mohamed, desde el
puesto número once.
Aunque hay tenderos que aseguran que por mucha crisis que
haya, la comida es la comida; y mañana, Nochevieja.
Aunque estas Navidades el pavo se rellene en casa que sale
más barato. Así lo aseguran en la Pollería Rifi, el puesto
número siete. “La gente te compra el pollo, pero prefiere
rellenarlo en su casa”. “No solo eso -añaden desde la
carnicería Manolo Castillo-, además, se ve menos ambiente
que el 24”.
Aunque el rey de la noche, al menos en la mesa de Mari
Carmen será el rape. “En mi casa, para doce”, explica. No es
la única. Su tocaya, desde un puesto cercano, también pondrá
rape: “En salsa. Y los entremeses, claro”.
Un poquito de jamón, queso de oveja con curación de once
meses, bacón relleno con piñones... Esos son los alimentos
que más se demandan en la charcutería Ada y María, la
C12-13.
Mientras, las fruterías también hacen su agosto. Nada de
manzanas, peras o plátanos. Eso para día de diario. Mañana
por la noche, papaya, aguacate, mango y piña: “Mucha fruta
exótica, que ya está dejando de ser exótica -explica El
Rubio, del F15-, que da igual que no se coma esa noche, lo
importante es que quedan muy decorativas”.
Como las aceitunas, que además de visuales son
tradicionales. Así lo aseguran en El rincón de la aceituna,
el puesto número nueve. Tampoco del postre se olvidan los
ceutíes en una noche tan especial. Además de sus
características empanadas de atún, en el puesto de Hamed
Dris no paran de encargarse durante toda la mañana brazos de
trufa y tartas de Calatrava. Aunque hay las que como Charo
optan por pasarse la última tarde del año de repostera. En
su casa ninguna Nochevieja se quedan sin alfajor.
No faltan los que, despreocupados, se pasean por el mercado.
A ellos que les pongan el plato por delante. Eso dice María
Jesús. Ella cenará en casa de su hija, y piensa pasarse la
noche cantando villancicos con sus nietas. Que la Nochebuena
se fue. “¿Y qué más da? Lo importante es acabar el año en
familia”, recalca.
Y cumplir con todos los rituales. Ana, por si acaso, no se
deja ni uno. Un anillo de oro en la copa. El pie derecho
preparado, que hay que entrar con buen pie. Melón de postre,
que trae fortuna. Siete cucharadas de lentejas como
aperitivo. Ropa interior roja. Y, por supuesto, las doce
uvas.
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