En el Hospital Universitario de Ceuta se presentó ayer la
Cartilla Ingesa. Se trata de un mecanismo de control de las
exploraciones radiológicas efectuadas a niños, con el
objetivo de disminuir la carga de dosis radiológica a la que
se ve expuesta un paciente. Desde el pasado lunes, está
repartiéndose entre recién nacidos, y a partir del 1 de
febrero se distribuirá entre todos los menores de catorce
años.
Una radiografía de torax equivale a un día y medio de
exposición a la radiación ambiental. Cincuenta radiografías
de abdomen a seis meses. Quinientas tomografías
computarizadas de abdomen producen la misma cantidad de
radiación que la exposición media de cualquier persona a lo
largo de cuatro años y medio.
Puesto que la exposición ambiental es casi inevitable en la
vida cotidiana, reducir el máximo posible de radiaciones
recibidas a través de radiografías es el objetivo de este
nuevo servicio que se presentó ayer en el Hospital
Universitario de Ceuta. El encargado de darlo a conocer fue
el responsable de la Unidad Funcional de Seguridad de
Pacientes y Gestión de Riesgos Clínicos, el doctor José
López Barba, que estuvo acompañado del subdirector del
Hospital, el doctor Javier Delgado.
Consiste en una tarjeta sanitaria en la que se registren las
radiografías que se le realizan a un paciente, a fin de
evitar repeticiones y pruebas innecesarias. Dicha tarjeta se
empezó a repartir el lunes entre los recién nacidos en el
centro sanitario. El objetivo es ir repartiéndola de un modo
progresivo y constante entre todos los menores de catorce
años, ya que son los más susceptibles a las radiaciones
ionizantes.
López Barba ha asegurado que esta medida es preventiva y de
control, pero que en ningún caso debe causar alarma entre
los padres, puesto que no existe un límite de radiaciones al
que un niño pueda ser expuesto. “Las radiografías tienen
tanto beneficio que el riesgo es mínimo. El control es solo
porque sería innecesario tener que repetir pruebas”,
explicó.
Este programa se enmarca dentro de los Proyectos de
Seguridad de Pacientes para 2010 subvencionados por el
Ministerio de sanidad, política social e igualdad.
Denominada Cartilla Ingesa de Control Infantil de
Radiaciones Ionizantes (CICIR) nace en respuesta a las
medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud
(OMS), que incita a la promoción de buenas prácticas y a la
prevención de exposiciones innecesarias.
A pesar de que la tecnología digital está remplazando el
film radiográfico, anualmente se realizan en todo el mundo
más de 2.500 millones de exámenes con rayos X (alrededor del
diez por ciento en niños), se llevan a cabo más de treinta
millones de procedimientos de medicina nuclear y más de
cinco millones de pacientes con cáncer reciben radioterapia.
La experiencia reciente demuestra que, aunque pequeña,
existe una mayor incidencia de cáncer, estadísticamente
significativa, en la población irradiada. Por eso, al
aplicar los principios de justificación y optimización de
recursos las dosis de radiación podrán ser reducidas
considerablemente, sin que afecte a la evolución de los
pacientes, según ha explicado López Barba.
Además del nombre, los apellidos y la fecha de nacimiento
del paciente, en la cartilla se registrarán los datos
relativos a la fecha y al tipo de exploración radiológica
que se le efectúe al menor.
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Fases de implantación de la Cartilla Ingesa de Control
Infantil de Radiaciones Ionizantes (CICIR)
Las tarjetas de control infantil
de radiaciones ionizantes se repartirán en dos fases. En
primer lugar, todos los niños nacidos después de las 0.00
horas del pasado 27 de diciembre han sido incluidos en el
programa y están recibiendo las primeras cartillas de mano
de sus pediatras. A partir del 1 de febrero, los pediatras y
médicos de familia repartirán entre los padres o tutores
legares que las soliciten cartillas para los niños menores
de catorce años. A partir de entonces, siempre que se
solicite una exploración radiológica al menor, los padres
deberán entregar la cartilla al médico para que quede
registrada.
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