sucesos - MIÉRCOLES, 29 DE DICIEMBRE DE 2010

CEUTA
Antonio Gómez
ceuta@elpueblodeceuta.com

Un inmigrante subsahariano de unos 25 años, oculto en un camión que transporta basuras desde la Planta de Transferencia, ha resulto muerto “por sepultamiento” tras caerle encima la carga de residuos de un camión que volcó a la salida de la instalación. El suceso ocurrió alrededor de las 15’40 horas y se necesitaron grúas pesadas para mover la batea de cinco toneladas además de la presencia del perro del Servicio Cinológico de la Guardia Civil para hallar el cuerpo, ya sin vida, del joven sepultado. El incidente provocó que cortara el acceso de subida al Monte Hacho a la altura del cementerio de Santa Catalina.

El drama de la inmigración se vivió de lleno ayer en la Planta de Transferencia donde un inmigrante camerunés halló la muerte al ser arrastrado por los escombros que transportaba un camión y después de que éste volcara como consecuencia de un desplazamiento de la carga, justo en la curva de salida de la instalación.

El último camión de la empresa ‘Trans.Res’ se disponía a salir sobre las 14’45 horas con una batea abierta cargada de material de desechos procedente del desbroce fundamentalmente. Cinco toneladas de residuos con dirección a la península y una oportunidad para los inmigrantes, que ya han hecho de este punto uno de los más accesibles para el intento de salida de Ceuta. Argelinos y subsaharianos pululan por doquier alrededor de la planta cada día. Ayer fue un día fatídico y lúgubre para un camerunés de unos 25 años, Paul Charles Nlend. con residencia en el CETI que había logrado junto a un argelino ocultarse en este último camión.

Los acontecimientos se sucedieron repentinamente. El camión, cuando se disponía a incorporarse a la carretera en el trayecto de salida, volcó al desplazarse inexplicablemente la carga. Durante el vuelco uno de los inmigrantes ocultos pudo saltar y desprenderse de la batea antes de ser arrastrado con ella, sin embargo no tuvo la misma suerte el otro inmigrante, un subsahariano de unos 25 años que fue hallado finalmente alrededor de las 17’40 horas después de que tuviera que emplearse el perro del servicio cinológico de la Guardia Civil.

El camión quedó volcado lateralmente con parte de la carga caida. Curiosamente, justo en el momento del siniestro una patrulla de la Guardia Civil pasaba por el lugar y pudo detener al inmigrante argelino que logró salvarse inextrémis aunque con ciertas magulladuras irrelevantes. Se trata de un viejo conocido para las Fuerzas de Seguridad. Cuenta con orden de expulsión del país hasta 2020 y tiene tras él numerosos antecedentes delictivos. Los agentes de la Benemérita alertaron inmediatamente a las dotaciones y movilizaron al 061. El argelino detenido avisó de que dentro había otra persona, que no aparecía.

Las toneladas de residuos impedían cualquier otra operativa más que la de aguardar la llegada de las super grúas para intentar elevar la batea con cuidado. Los minutos pasaban, pero no había elementos que indicasen que dentro de los escombros hubiese alguien con vida. El golpe lateral del camión fue duro y el desplazamiento de la carga jugó en contra del inmigrante que desafortunadamente se econtraba ubicado en el lado de la caída, por lo que fue arrastrado y sepultado por toneladas de residuos.

Una vez retirada la batea y levantado el camión, el perro del Servicio Cinológico de la Guardia Civil indicó el lugar donde podía hallarse el cuerpo. Agentes de la Benemérita retiraban a mano los elementos que sepultaban al cuerpo hasta que dieron con él. Estaba sin vida. Los médicos del 061 sólo pudieron certificar su muerte “por sepultamiento”. Cubierto con una manta térmica y acordonado el lugar, a las 18’00 horas sólo se esperaba la llegada de la unidad de Policía Judicial y del propio juez para proceder al levantamiento del cadáver, algo que se produjo algo más tarde cuando la noche se hacía evidente en el monte Hacho y en la ciudad para poner luto a una jornada triste.
 

“Cada día tenemos que evitar más de una docena de intentos de acceso a los camiones”

El personal de la Planta de Transferencia de Urbaser mostraba ayer su indignación por la inacción de las autoridades ante la presencia en los alrededores e interior de la planta de docenas y docenas de inmigrantes, subsaharianos y argelinos, “que tratan cada día de subirse a alguno de nuestros camiones”. Lo sucedido ayer es lamentable, fruto de la desgracia, pero el personal pide a las autoridades que hagan algo. “Ya no basta con decirles que se vayan... ahora se te encaran y te muestran palos, cualquier día va a pasar algo si no toman cartas serias en el asunto”, apuntan los trabajadores. La Guardia Civil “lo sabe”, la Policía “también... pero no se hace nada”. De esto, dicen los trabajadores “tiene constancia la Ciudad Autónoma” -propietaria- de los terrenos donde se asienta la Planta de Transferencia, “aunque no se quiere involucrar porque la inmigración no es de su competencia”. “En Delegación del Gobierno no parece que quieran darse por enterados y los inmigrantes se pasean por aquí con el único interés de ocultarse en alguno de los camiones”. Un hecho que significa un acoso constante a las instalaciones y al personal, ya cansado de ello.