Se temieron lo peor, pero al final todo quedó en un tremendo
susto. Los 65 pasajeros que viajaban ayer en el vuelo
Almería-Melilla fueron testigos de cómo uno de los motores
del avión, concretamente el izquierdo, se quedaba
inoperativo en pleno ascenso tras dar varios petardazos y
dejar escapar una llamarada por su tubo de escape.
“¡Qué susto!”. Fue la frase más repetida en la terminal del
aeropuerto de Melilla ayer a primera hora de la tarde,
cuando los pasajeros del vuelo de Almería consiguieron, por
fin, llegar a nuestra ciudad y abrazarse a sus seres
queridos, algunos más fuerte que nunca. La emotividad estaba
justificada: cuatro horas antes habían vivido en pleno vuelo
un fallo técnico en el motor izquierdo del avión que los
debía traer hasta Melilla. La avería fue muy evidente, ya
que el motor dio cinco o seis petardazos y, a continuación,
lanzó una llamarada por el tubo de escape que lo dejó
inutilizado cuando estaba aún despegando.
Esta incidencia obligó al comandante a parar el motor y dar
la vuelta para regresar a Almería con sólo el propulsor
derecho en funcionamiento. Allí, la compañía dio de comer al
pasaje mientras llegaba otra aeronave procedente de Málaga
para llevar a los viajeros, por fin, hasta Melilla.
Consiguieron aterrizar a las 16,20 horas, cuando su llegada
inicial estaba prevista para la una de la tarde.
Aún así, lo hicieron también con dificultades, esta vez por
culpa de la meteorología, ya que las nubes bajas que
acechaban a Melilla a primera hora de la tarde obligó a que
el avión orbitara debido a la poca visibilidad que había en
ese momento, según apuntó a MELILLA HOY uno de los
pasajeros, Antonio Aranda. Ese mismo motivo había obligado
al avión que venía de Málaga a dar la vuelta sólo unos
minutos antes.
Este pasajero, que dijo saber un poco de aviones por tener
un hijo piloto, relató a este Diario cómo se vivió en el
interior de la aeronave el momento del fallo en el motor. Él
fue quien más cerca lo vivió, ya que estaba sentado en el
asiento 9 A, junto al ala izquierda del aparato.
Según explicó, el avión, que cubría el vuelo IB8252
Almería-Málaga con salida a las 12,20 horas, tomó bien la
carrera pero en cuanto empezó a despegar, a unos 10 ó 15
metros de altura, el motor izquierdo petardeó varias veces y
soltó una llama por el tubo de escape.
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