La forma más rápida y, dicen que,
más cómoda, para viajar, se está convirtiendo en la más
problemática, en las últimas semanas, y ya veremos por
cuanto tiempo.
Comenzaba el”baile” en España, hace ya varias semanas, donde
escasamente 2500 personas, los controladores aéreos
paralizaban medio país y una gran parte de Europa.
Los controladores le echaron un pulso a media España y,
precisamente, por esto, desde el Gobierno se dictó un”estado
atípico y anormal” para nuestro país, que durará hasta el 15
de enero.
Esta solución no ha sido, creo yo, la más acertada y ya
veremos con qué órdago se responde, cuando menos lo
esperemos, por parte de los controladores.
Y aquello, lo de España, fue una verdadera trama, pero algo
humano que con métodos más o menos acertados se pudo atajar
y más rápidamente de lo esperado.
Lo malo de la situación es que, tras esos problemas en
nuestro país, media Europa, ahora mismo, ha pasado las
siguientes semanas, e incluso la Noche Buena, retenida en
los principales aeropuertos europeos, en el de Frankfort, en
Alemania, en el francés Charles de Gaulle,, en el de
Dusseldorf, también en Alemania, además de en otros
aeropuertos de Inglaterra o de Bélgica, por no extendernos
mucho más.
Pero esto último se ha originado por causas naturales, las
sucesivas nevadas que han sido capaces de cerrar las pistas,
suspender vuelos y, para que nada faltara, incluso, terminó
con el anticongelante de las alas y demás de los aviones y
con el agravante de que, por tierra era prácticamente
imposible hacer llegar ese anticongelante para que los
aviones quedaran en óptimas condiciones para volver a volar.
Son las crudezas del invierno, y este que acabamos de
empezar está siendo crudo y duro, desde dos semanas antes de
que el propio invierno llegara.
Ahora bien y, en esto, los científicos algo tendrán que
decir, porque ya estamos hartos de oír como premios Nöbel y
científicos de altura pasan por la creencia de que el hombre
es capaz de vencer, ya ha vencido, a la propia naturaleza.
Lo malo del asunto es que no hace falta más que llegue una
“borrasca” de esas típicas para que se demuestre que la
Naturaleza, todavía, es invencible. Se pueden y se podrán
superar ciertos aspectos, pero cuando la Naturaleza quiere
actuar con violencia, ella es la que manda y si no, basta
con echar una mirada a ciertos pueblos sevillanos, en los
últimos días, en los que la fuerza incontrolada de lluvias y
el desbordamiento de ríos, han dejado a cientos de personas,
sin lo más preciado que tenían, su propia casa, y saltando
al otro lado de la frontera, en Francia, Alemania, Polonia,
Bélgica, Holanda y demás, han sido dominados, vapuleados y
puestos al borde del caos y del colapso, con el agua al
cuello, nunca mejor dicho, agrandando más, aun, la crisis.
Hemos comenzado con problemas para viajar en avión, los
hechos ahí están, pero lo que no quisiera es tener que
abrirles los ojos a más de uno, para que se den cuenta, de
una vez, que dos tormentas, cinco rayos con otros tantos
truenos y un viento fuerte, dependiendo de en qué dirección,
pueden hacer peligrosos los simples desplazamientos de Ceuta
a Algeciras, sin controladores aéreos y sin nieve.
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