El que las conclusiones sobre el
informe especial que el propio Gobierno solicitó en Pleno
hayan llegado en este mes de diciembre ha servido -sin más
análisis que el de aprovechar la oportunidad- a la oposición
para la lanzar al aire sus tambores de guerra de la sinfonía
electoral que ya se tienen muy aprendida cuando sólo restan
poco más de 4 meses para la cita con las urnas. Hay una
vieja máxima que indica que quien algo quiere esconder no
saca a la luz, ni facilita información que le perjudique.
Pero este no es el caso, por más que la oposición intente
sacar provecho público. Habría que valorar que fue la propia
Ciudad Autónoma quien quiso abrir los armarios y ventanas
ante el propio Tribunal de Cuentas. Un organismo que se ha
paseado durante esos tres años (2002-2003 y 2004), además de
2005 y sucesivos por todos los departamentos y áreas del
Ejecutivo recibiendo todo tipo de facilidades, pero que se
ha demorado entre seis y ocho años en elaborar un informe
que huele a caduco. Caduco porque hay elementos recomendados
en él que ya aplica reguladamente la Ciudad desde 2006
(subvenciones) después de una aprobación plenaria. Pero
existen numerosos procedimientos que ya han sido
modificados, corregidos o mejorados. Sin embargo, todo hay
que decirlo, una inspección de esta categoría, como la
realizada por el Tribunal de Cuentas, se lleva a cabo en
base a los criterios de los propios inspectores que sólo
rescatan unos pocos procedimientos y no analizan la
totalidad de ellos. Pero atendiendo al rigor, el periodo
fiscalizado llega a 2004. En seis años muchas de esas
recomendaciones correspondientes a aquella fecha ya están
solucionadas. Por otra parte, no se menciona ni se deriva
responsabilidad para ningún gestor. El informe reconoce
cumplidos los objetivos de estabilidad presupuestaria en
2003 y 2004, y se indica que se ha respetado las condiciones
y las limitaciones establecidas para la deuda financiera. El
informe de 2005 del Tribunal de Cuentas constata el
subsanamiento de muchas de esas recomendaciones, sin
embargo, la carrera electoral no perdona y, en base a ello,
la oposición utiliza datos de hace ocho años para su
fustigamiento alarmista, y quedar retratada.
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El Estado ha insistido en
Ceuta |
Las inversiones han sido notables
en 2010, y a lo largo de la legislatura. Sólo en el ámbito
del Ministerio de Fomento dentro de la Secretaría de Estado
de Vivienda, la sociedad estatal SEPES ya construye las
primeras 170 de las 488 previstas en la llamada primera fase
de Loma Colmenar y actualmente urbaniza la segunda fase para
la construcción de 112 viviendas más en un plan más
ambicioso donde habrá zona industrial y movimiento
económico. En este tiempo se han rehabilitado integralmente
Bermudo Soriano y se rehabilitará el llamado Distrito 11 que
conforman las barriadas de Juan XXIII, y O’Donnell; se
construyen alojamientos protegidos; se ha remodelado la
N-354 y su paseo marítimo. Se ha inaugurado el nuevo
hospital y en Medio Ambiente la EDAR, la Desaladora, los
encauzamientos de arroyos, Fuente Caballo conforman obras
ejecutadas que se unen al impulso de la mejora en el
Transporte Marítimo para el próximo contrato de línea de
interés al que ha invitado a participar a la Ciudad. Asuntos
que se enumeran y, junto con otros dan pie a asegurar que el
Estado sí insiste en Ceuta.
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