La crisis, el desempleo, la falta de formación, la escasez
en la oferta. La unión de todos estos factores han dado como
resultado que tan sólo a través de su programa de auxilio
social, los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca ayuden a
subsistir a un total de 27 familias ceutíes que, al
multiplicar sus cifras por los miembros de un núcleo,
arrojan un total de más de cien ciudadanos.
Así lo confirmó el Hermano Aurelio, quien aseguró que la
crisis ha dado lugar “a lo que llamo los nuevos pobres”, es
decir, personas “que se han visto sin nada, con un nivel
medio, pero se han quedado sin trabajo con el que seguir
pagando hipotecas y su propia manutención”, explicó.
Estas 27 familias están alojadas actualmente en la pensión
La Puntilla, sustentadas gracias a Cruz Blanca y la
Consejería de Asuntos Sociales a través del convenio de
alojamiento alternativo. Pero, el problema, no es sólo el
pernoctar. “Estas personas no sólo duermen; también hay que
vestirlas, darles de comer e intentar que encuentren un
trabajo, los niños vayan al colegio con sus respectivos
materiales. Es muy complicado porque además incluso una
trabajadora social es la que les va solucionando los papeles
y la documentación que necesitan”, añadió el Hermano
Aurelio.
Sin embargo, pese a las circunstancias, la máxima voz de los
Hermanos Franciscanos aseguró haber sufrido tiempos peores.
“En la antigua pensión Lisboa hubo hasta cuarenta familias y
ahí sí que teníamos grandes dificultades ya que, además de
ayudarles, tenían que compartir espacios comunes con sus
familiares y otros ciudadanos. Y la convivencia es
complicada, más cuando los problemas te rodean”, confirmó. Y
es que las previsiones para este 2010 que en escasos días se
marcha, llegaron desde el mes de enero. “Tuvimos una reunión
con todos los responsables de Cruz Blanca en España y ya nos
advirtieron diciéndonos que este año llamarían a nuestras
puertas, personas que nunca han llamado, y nos pidieron que
fuésemos generosos dentro de nuestras posibilidades, claro.
Porque a nosotros también nos ha afectado la crisis como
orden religiosa, ya que ha sido generalizada”, concluyó el
Hermano Aurelio.
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