El Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes abrazó la
Navidad con uno de los mejores regalos que Papa Noel les
podía llevar: el nacimiento de una preciosa niña a la que
llamaron Natividad y a la que el resto de miembros acogieron
con villancicos y cánticos que el jueves ofrecen a los
ceutíes.
La magia de la Navidad se hizo realidad durante la jornada
de ayer en el Centro de Estancia Temporal para Inmigrantes (CETI)
con un alumbramiento. Una preciosa niña a la que han llamado
Natividad llegaba a las ocho y media de la mañana dando más
vida y color al centro y añadiendo felicidad y alegría a
todos los residentes que allí conviven, que brindaron por el
nuevo miembro de la comunidad.
Trabajadores de estas instalaciones del Jaral, voluntarios
de la Cruz Roja, inmigrantes de diversas nacionalidades y
hasta el propio director del recinto, Carlos Bergoenchea, se
dieron cita para festejar la Nochebuena y ultimar los
preparativos que recibirán el año nuevo. Postales navideñas,
concursos de teatro, ligas de fútbol y otros deportes y
hasta la creación de un grupo musical han logrado que estos
extranjeros intercambiasen la añoranza por el bienestar,
viendo en los más de 400 residentes a su propia familia. “No
puedo mentir y decir que estoy pasándolo mal. Estas fiestas
están siendo preciosas con nuestros compañeros, nuestros
amigos de la Cruz Roja, las actividades que te hacen
participar y entregarte para no echar de menos a nuestras
familias, a las que hemos tenido que abandonar para buscar
una vida mejor”, reconocía Jean Paul. Pero estas palabras
también cobraban vida tan solo en los rostro y gestos de los
voluntarios de la entidad humanitaria, que una vez más,
daban sentido a los conceptos de humanidad y solidaridad.
“He preferido estar aquí mejor que en ningún sitio porque
estamos muy a gusto. Es una experiencia única y maravillosa,
totalmente diferente a otros años al vivir este día con
ellos. Me está aportando vitalidad, alegría, y el ver que
muchas personas no pueden disfrutar con sus familias pero
están sonrientes, felices, y eso te llena de vida”,
confesaron Francisco Manuel Pérez y Sumaia, animadores
socioculturales en prácticas en la institución humanitaria.
Y es que el entusiasmo y la ilusión, y, sobretodo, el
sentirse “como en casa” ha dado como resultado y fruto el
‘Coro Africano de la Virgen’: un grupo conformado por
residentes llegados desde Kenya, Sierra Leona, Argelia o
Zimbabwe que este jueves, a las 20:30 horas, ofrecerán un
recital navideño a los ceutíes en la iglesia de Nuestra
Señora de África de una manera muy especial. Mezclando “todo
el sabor de los ritmos africanos con las letras de nuestros
villancicos e interpretados en varios idiomas, entre ellos,
español, inglés, francés, lingala, swagili y mandinga”,
relataba, con entusiasmo, el director de las instalaciones
del Jaral, Carlos Bergoenchea, a quien no dudaba en
reconocer que este primer año al mando “me está nutriendo de
experiencias muy humanas”.
|