La ‘Achura’ se celebra en el décimo día del mes de Muharram,
el primero del calendario lunar islámico.
La tradición oral con las enseñanzas del Profeta, cuenta que
un mensajero de Mahoma emprendió la Hégira (peregrinación) a
Medina en el año 622 y descubrió que la comunidad judía
ayunaba en el décimo día del mes de Muharram. Tras preguntar
el motivo, fue informado de que, ayunaban para conmemorar el
día en que Musa (Moisés) y su pueblo ya que fueron salvados
por Dios del ejército del faraón, ahogándolos en el mar que
separaba al pueblo judío para que pudieran pasar a la otra
orilla. De no ser así el faraón habría matado el pueblo
judío. Entonces Muhammad les dijo: “Yo tengo el mismo
derecho de ayunar en este día porque Moisés también es
profeta de Al-lah”, y ayunó en ‘Achura’ iniciando así una
tradición que es voluntaria y que purga pecados menores.
De este modo se decretó que los musulmanes tenían que
recordar ese suceso durante dos días de ayuno, porque en ese
día Noé fue salvado por Al-lah del diluvio que duro cuarenta
días y cuarenta noches. Por esto y otros muchos milagros que
ocurrieron en ese día, Âchor es recordado por los musulmanes
con el ayuno.
Esta acción es voluntaria. Como nadie podía obligar a otra
persona a ayunar a la fuerza, los padres comenzaron a dar
regalos a sus hijos para que ayunaran esos días. Así fue por
lo que se convirtió este día en una celebración para los
niños donde ayunan pero lo pasan jugando con los regalos que
se les han ofrecido.
Por ello en la tarde de ayer, la asociación de vecinos del
Príncipe Felipe, organizó en el local de esta entidad una
merienda para que los niños más necesitado pudieran pasar
una tarde entre regalos que los componente de la asociación
prepararon para ellos.
El Acto consistió en una merienda, y una exposición de los
trabajos realizados por los más pequeños días previos a la
festividad, todo relacionado con la festividad de la
‘Achura’.
Los niños estaban impaciente por escuchar su nombre por
parte del presidente de asociación Said Mohamed que fue el
encargado de repartirlos.
La merienda la tenían encima de la mesa, pero apenas comían,
sólo miraban expectantes a Mohamed.
A pesar de las fuertes precipitaciones que hubieron a esa
hora en la ciudad, a la cita acudieron la inmensa mayoría de
los 120 niños que estaban invitados.
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