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sociedad - VIERNES,17 DE DICIEMBRE DE 2010


El Padre Aurelio y el Hermano Eduardo. reduan.

solidaridad
 

“Me voy con gran dolor en el corazón porque he recibido más de lo que he dado”

Más de un centenar de miembros de Cruz Blanca homenajearon al Padre Aurelio y el Hermano Eduardo, que parten hacia Madrid
 

CEUTA
Cristina Marzán

ceuta
@elpueblodeceuta.com

La casa de Cruz Blanca del Príncipe se vistió ayer de gala y con razón. Más de un centenar de miembros y trabajadores de Cruz Blanca rindieron ayer un merecido homenaje a sus superiores, el Padre Aurelio y el Hermano Eduardo, que el siete de enero cambiarán su rumbo hacia Madrid. Emocionados, ambos quisieron dejar claro que se iban “con gran dolor en el corazón porque he recibido más de lo que he dado”.

Algunas, o mejor dicho, muchas lágrimas recorrieron los rostros de los presentes. Emocionados y contentos, por un mejor futuro, pero melancólicos porque los huecos son difíciles de cubrir. Pero los más de cien ceutíes, entre miembros y trabajadores de Cruz Blanca, vistieron de gala la casa del Príncipe para homenajear a sus superiores, que han dejado una huella “imposible de borrar”.

La máxima voz que desde hace quince años ha representado a los Hermanos Franciscanos, el Padre Aurelio, deja las tierras ceutíes para emprender el rumbo hacia Madrid. Y lo hará acompañado del Hermano Eduardo, que hace un par de ejercicios también llegaba a la ciudad autónoma para dar cobijo a los más vulnerables, aconsejar a sus compañeros, atender a esas personas que, por la crisis o sin ella, ven en un trozo de pan la subsistencia. Aplausos, palabras, abrazos y sonrisas protagonizaron un sencillo pero delicado acto que concluyó en la capilla con una fotografía de familia que permanecerá en el recuerdo de todos. “Me voy con un gran dolor en el corazón porque he recibido de Ceuta más de lo que he dado”, confesó el Padre Aurelio.

Y como no podía ser de otra forma, ambos dedicaron unas gratas palabras a la gran familia de Cruz Blanca. “No hemos tenido ninguna oveja negra y si hemos hecho todo esto es por la ayuda de vosotros. Hemos ido creciendo pero nunca hemos perdido el espíritu de familia. Al llegar, éramos catorce o quince, y ahora dejo a más de cien ceutíes”, valoraron.

La batuta de la entidad social y religiosa a tomará en estos días el Hermano Juan quien espera “tener la alturas de ellos y continuar con esos frutos que ellos han dado”.
 

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