El Ingesa organizó ayer una sesión clínica basada en la
‘Rehabiltación en el Ictus’ que fue impartida por la
especialista en el área de Medicina Física y Rehabilitación
del Hospital Universitario, Auxiliadora Casas. El objetivo
principal del encuentro era dar a conocer las técnicas que
se llevan a cabo en este tratamiento, destacar a los
pacientes que más se benefician y la duración y el momento
en el que debe ser realizado.
El Ingesa organizó ayer una sesión clínica basada en la
‘Rehabilitación en el Ictus’, que fue impartida por la
especialista del área de Medicina Física y Rehabilitación,
Auxiliadora Casas. Este encuentro tuvo como objetivo
presentar las técnicas de rehabiltación que existen en este
área y cómo deben ser tratados los pacientes que han sufrido
un Ictus.
Un dato a destacar es que el ‘Ictus’ se sitúa como la
segunda causa de muerte entre los españoles. En primer lugar
el ‘Ictus’ o como también se conoce, el ‘Infarto cerebral’
se produce cuando de manera repentina se origina un déficit
en la masa encéfalica, o una deficiencia neurológica focal
causados por una patología vascular.
Por lo tanto en las personas que padecen esta patología y
para que tengan una mejor vida se recomienda una
rehabilitación pero “hay que escoger técnicas que demuestren
que existe una eficacia”, según Casas.
Desde el área de rehabilitación se trata a pacientes que
presentan una gravedad moderada. No todos los pacientes que
han sufrido un Ictus son del mismo tipo, “por lo tanto no se
puede tratar de la misma forma” resaltaba la doctora. De
este modo hay que evaluar a cada pacientes de una forma
individualizada.
La rehabilitación
Un 20% de los que sufren un Ictus tendrán una recuperación
completa, entre un 10% y 20% necesitaran asistencia para
actividades de la vida diaria y la mayoría entre un 60% y un
80% se quedan en una situación intermedia y “estos son los
mejores candidatos para una rehabilitación”. Las mejoras más
rápida para los déficits neurológicos ocurren en los tres
primero meses después de que aparezcan los síntomas.
Los candidatos que deben recibir el tratamiento de
rehabilitación deben ser aquellos que presenten una
discapacidad moderada, con una situación médica estable, una
capacidad de aprendizaje adecuada, que se pueda realizar una
comunicación funcional que puedan tener una resistencia
física, “al menos para poder estar sentados una hora, y que
puedan participar en tratamientos activos.”
Hay muchos artículos donde se analizan pacientes con Ictus
que se afirman que tanto la terapia física, como la terapia
ocupacional como la logoterapia son elementos fundamentales
para el tratamiento del Ictus. Es importante también
realizar el tratamiento de la afasia “que en muchos casos
queda un poco olvidado”, comentaba la especialista y añadía
que está demostrado el resultado positivo si se empieza a
realizar en los tres primeros meses tras el Ictus”.
El tratamiento de terapia ocupacional es importante también
para poder realizar una mejoría en las diferentes funciones
de las actividades de la vida diaria de los pacientes.
La utilidad de las ortesis, son aparatos que mejoran la
velocidad y el patrón de la marcha y la longitud del paso de
los pacientes que sufren un déficits de determinados
miembros. También está el tratamiento de la fisioterapia
donde se utilizan técnicas convencionales como el
mantenimiento del recorrido articular, reeducación muscular
y técnicas de compensación. Existen otro método más moderno
como la del reaprendizaje motoro, es entrenamiento orientado
a tareas de la vida diaria.
Los estudios demuestran que los tratamientos de
rehabilitación tienen resultados muy beneficiosos para el
paciente y que son mejores los supervisados que los que se
mandan para hacer en casa y que nadie supervisa.
Los pacientes con Ictus deben tratarse lo antes posible,
aunque un tratamiento precoz, puede llegar afectar a la
plasticidad cerebral. Y el tratamiento debe realizarse
mientras el paciente aguante, sin que llegue al agotamiento,
“se afirma que existen un efectos favorables al aumentar la
intensidad del tratamiento, pero lo más importante es
hacerlo mientras lo tolere”. La media de duración del
tratamiento está entre las 6 y 12 semanas.
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