Desde las instituciones se atribuye el incremento de
inmigración en los últimos meses a la relajación de
Marruecos en la colaboración y vigilancia de las fronteras.
Y es que no hay más que mirar para otro lado para presionar
a Ceuta, a Melilla y al sur peninsular. Sólo en Ceuta se ha
superado los 325 inmigrantes registrados en las oficinas de
Extranjería del Cuerpo Nacional de Policía. Mirar para otro
lado, es lo que explica por ejemplo, que a principios de
noviembre cuatro inmigrantes guineanos lograran colocar
escaleras para saltar los seis metros de altura doble de la
valla de Melilla, un método que no se había aplicado desde
2008, ya que el medio más habitual son las embarcaciones
neumáticas.
El Ministerio del Interior ofrecerá en el mes de enero las
cifras definitivas, incluidas las de Ceuta y Melilla, en el
balance anual sobre la inmigración ilegal.
Los últimos datos arrojaron un descenso de entradas de un
8,4%, ya que pasaron de las 1.210 del año 2008 a las 1.108
de 2009, cifras en cualquier caso muy alejadas de las 5.566
entradas de 2005 y las 2.000 del año 2006.
Pero desde la pasada primavera se ha venido produciendo un
aumento considerable de inmigrantes por mar que han acabado
en Ceuta o Melilla, aunque también en Tarifa e incluso en
poblaciones costeras de la Andalucía oriental.
Las cifras serán más bajas que en 2005, pero muestran una
tendencia preocupante.
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