Es lo que pretendemos hacer, tras
las elecciones para representantes docentes en la Junta de
Personal.
Parece que vuelven las aguas por el camino que marca el
“cacique” Aróstegui, para seguir siendo el “`presidente” ,
sin haber ganado las elecciones.
Esto, en democracia, me pueden decir, que es casi normal y
se hace normal especialmente si hay ayudas de “paniaguados”
o de “peleles”, como se ha visto en mil ocasiones en nuestra
política.
La pregunta que ahora mismo se están haciendo, no sólo en la
UGT, sino incluso en votantes de otras opciones es si en
ANPE va a haber la “poca vergüenza sindical”, de hacer que
con unos votos de un sindicato de derechas, siga mangoneando
un presidente de la Junta de Personal Docente, de un
sindicato de corte cercano al comunismo.
Eso no lo entiende nadie, salvo que a cambio de esos apoyos
haya “algo”, en asunto de liberaciones o de otro corte, con
lo que salgan beneficiados, no los votantes de ANPE, sino
quienes están llevando este sindicato a no pintar nada en el
espectro sindical de Ceuta.
La jugada va a ser buena para Aróstegui, el más claro
representante de opciones parejas al PRI mexicano que
gobernaba con , o sin, haber ganado unas elecciones.
Así va a seguir mangoneando Aróstegui, pero así vamos a
tener oportunidad de seguir todos los pasos de ANPE, sus
prebendas, sus liberaciones y toda su actividad en la Junta
de Personal Docente.
En política, y menos en el ámbito sindical, el terreno de la
moralidad no se exhibe con mucha frecuencia y no seré yo el
que hable de inmoralidad, pero sí de “amoralidad” en muchas
de sus acciones.
Ahora, ANPE tiene la oportunidad de no entrar en esos
juegos, cumpliendo, únicamente, lo que dijo que haría:” Dar
su apoyo a la candidatura más votada”.
Ahí tendrá la oportunidad, una simple abstención, no
apoyando a nadie, con lo que la “presidencia” sería para la
candidatura más votada. Es lo que debiera haber, pero mucho
me temo que ANPE, buscando lo que busque, va a ir por otro
camino.
Recuerdo que el día de las elecciones, algún compañero me
decía:” Si esto fuera serio iría a votar, pero no quiero
perder el tiempo, dando un voto a ningún personaje que busca
únicamente lo suyo”.
En parte, tenía razón este compañero de instituto, porque
comprobar que con dos representantes, un sindicato plagado
de fracasos, al que escasamente han votado sus más
allegados, hace cambiar el ritmo y con esos dos
representantes se pueda cambiar el que tiene que ser el
presidente, es para pensarse muy bien si merece que se
perdieran dos horas de clase, por parte de cada profesor,
para ir a colaborar en el juego absurdo que podía llevar a
cabo ANPE a favor de CCOO.
Y nada tengo a favor de UGT, en absoluto, pero lo que sí
tengo como norma, en primer lugar es cumplir con mi palabra
y además no ser vasallo de ningún déspota que por fas o por
nefas quiere ostentar cargos al precio que sea.
En ANPE podrán decirme que cada uno tiene su precio y es
cierto, pero tanto más barato es el precio de uno, cuanto
menos sirve para ser él mismo.
Todavía no está todo hecho, pero el legítimo presidente de
la Junta de Personal Docente debe ser el número 1 de UGT,
por haber sido la opción que ganó las elecciones.
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