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cultura - LUNES, 13 DE DICIEMBRE DE 2010


gloria muñoz. reduan.

Entrevista / Gloria Muñoz, profesora
 

«Mi mayor objetivo como docente siempre ha sido que los alumnos se inclinaran hacia la lectura»

La profesora del Instituto Abyla, ya jubilada, ha sido propuesta para recibir la medalla de oro al mérito del trabajo, un galardón que premia una conducta útil para la sociedad y una trayectoria ejemplar de sus deberes

CEUTA
Paulina Rocdríguez

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Su mirada reflejaba la gran alegría que le ha supuesto ser condecorada con la medalla de oro al mérito en el trabajo. eso significa que los 42 años que Gloria Muñoz Calatayud ha pasado dando clases en el Instituto Abyla han sido recompensados. Pero su esfuerzo y dedicación no sólo le han valido este reconocimiento, lo más importante es que la docente ha sabido ganarse el respeto de sus compañeros y el cariño de sus alumnos, algo que cada vez resulta más complicado en los centros educativos. Gloria Muñoz ya está jubilada pero todo el trabajo realizado permanecerá en el instituto donde está situado uno de sus mayores motivos de orgullo: una biblioteca. Un merecido homenaje para una gran docente.

Pregunta.- ¿Cómo se enteró de esta condecoración?

Respuesta.- La propuesta para recibirla se produjo hace ya varios meses y, sinceramente, lo había olvidado por completo. El viernes 3 de diciembre, después del Consejo de Ministros, recibí una llamada de Delegación del Gobierno para notificármelo. Aún no sé cuándo se producirá la entrega, imagino que próximamente recibiré un comunicado por escrito explicándome los pasos a seguir.

P.- Imagino que las felicitaciones serán incontables...

R.- He tenido muchas sí. Y lo mejor es que no sólo de compañeros, sino también de muchos ex alumnos que me han llamado a casa. Algunos de ellos se han convertido en profesores.

P.- ¿Desde cuándo está jubilada?

R.- Me jubilé el año pasado. Pensé que sería una experiencia un poco traumática después de tantísimos años al pie del cañón. Hasta el último momento estuve totalmente dedicada a mi profesión pero estoy genial en mi nueva situación.

P.- ¿Cómo ha pasado a ser su día a día?

R.- Tengo dos nietos que acaparan gran parte de mi tiempo. Por otro lado, canto en la coral donde disfruto muchísimo. Tengo mi vida llena y, además, tengo un hijo fuera al que vamos a ver de vez en cuando. Son cosas que antes no podía hacer con tanta frecuencia. Imagínate, 42 años...

P.- La invito a un ejercicio de nostalgia... Lo suyo, ¿fue pura vocación?

R.- Absolutamente. Tenía vocación de enseñar y vocación de aprender. Siempre lo digo, en mi carrera esto último ha sido una constante. Además, me ha gustado siempre recibir consejos de los profesores más jóvenes que daban otra perspectiva de la profesión. Mis hijos siempre me dicen que he sido muy afortunada de trabajar en algo que me gustara tanto. No todo el mundo puede decir lo mismo, me considero una privilegiada, la verdad.

P.- ¿Y cómo empezó todo?

R.- Estudié Filología en Madrid. Mi padre me llamó para decirme que había posibilidades de dar unas horas de clase en un instituto, ni siquiera el día completo. Me puse loca de contenta (risas). Luego entré de interina y, ya con dos niños pequeños, obtuve la plaza fija. Fue bastante esfuerzo porque en Ceuta no tenía a nadie, ya que mis padres vivían en Tetuán. En el 92 también realicé el acceso a la cátedra.

P.- Es significativo que, durante toda su trayectoria, haya permanecido en el mismo centro...

R.-Muchos compañeros me dicen que no conocen a nadie que haya estado toda su carrera en el mismo lado. Jamás me lo he planteado porque siempre he estado bien. Muchos profesores del ‘Abyla’ se fueron al ‘Camoens’ pero yo decidí mantenerme en el mismo lugar.

P.- ¿Imaginaba que se produciría un cambio tan grande en el mundo de la docencia?

R.- No, pero es que ha cambiado todo. En el terreno de la Educación creo que ha habido otros planes de docencia mejores que el actual. Al tener una Educación obligatoria, algunos alumnos no están bien aprovechados. Quizás habría que buscar otras vías alternativas en lugar de estar en clases donde no quieren estar. En mi años de profesora he tenido que adaptarme a lo que había porque tenía dos opciones: o adaptarme o amargarme trabajando. Por desgracia, en mi mano no está el cambiar las cosas. El problema empieza en la propia sociedad, no se puede delegar todo el peso de la educación en el profesor.

P.- ¿Cuál ha sido su mayor objetivo a lo largo de su etapa docente?

R.- Cualquier alumno podría decírtelo: leer. Ha sido mi mayor afición desde pequeña. En los últimos ocho o nueve años de mi carrera puse en marcha la biblioteca del centro. Hice el proyecto y recibí una buena dotación económica. Eso ha sido una tremenda satisfacción y tiene una colección bastante amplia. Cuando era joven era más rígida en el sentido de que pretendía que lo alumnos leyeran los grandes clásicos, pero con el tiempo me he dado cuenta de que lo importante es incitarlos a la lectura y eso se consigue con libros que les diviertan y entretengan. En la biblioteca hemos luchado para que haya obras atractivas para el estudiante. Y si tocaba leer un libro como el ‘Quijote’, buscábamos una edición adecuada y seleccionábamos los capítulos más amenos.

P.- ¿Está usted satisfecha de su trayectoria?

R.- Siempre piensas que podrías hacerlo mejor. Pero jamás he tenido ningún problema importante con alumnos, a pesar de la indisciplina general que hay en los centros. Con los compañeros también he tenido una buena relación. Y nunca me planteé acceder a la dirección, prefiero dar clases. La enseñanza ha sido mi vida.
 

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