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La construcción de la nueva cárcel
ceutí, en la línea de los modernos centros penitenciarios
“modulares” dotados además de un Centro de Inserción Social,
está suponiendo y va a seguir suponiendo una inyección
económica importantísima para la ciudad. Por una parte están
los ingresos que, en forma de Ipsi, conlleva la inversión de
100 millones de euros ya comprometida, y por otro, la
generación de puestos de trabajo durante la edificación y a
posteriori con la puesta en marcha de la prisión. En el
primer caso, y tal como informamos hoy en nuestras páginas,
son unos 400 empleos, mano de obra que tendrá salida en los
diferentes oficios de la construcción y para cuya formación
específica trabaja ya la Ciudad a través de la Escuela
instalada en Loma Margarita.
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La permanencia en Ceuta del Banco
de España es una aspiración que comparten la Ciudad Autónoma
y los representantes ceutíes en las Cortes Generales y, por
supuesto, las organizaciones sindicales que representan a
los trabajadores que se ven afectados por el anuncio del
cierre de sus oficinas tanto de Ceuta como de Melilla, 11
familias en el caso ceutí. En esa línea de mantenimiento de
la presencia del banco central nacional en los dos únicos
territorios extrapeninsulares que se quedarían si ella en
caso de materializarse este proyecto, trabajan ya unos y
otros. A la parte social sólo le queda la esperanza de que
estas gestiones den fruto y pueda cumplirse el deseo de que
la ciudad no se vea privada de una institución de alto valor
práctico y simbólico.
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OPINIÓN / EDITORIAL
